sábado, 11 de septiembre de 2010

Paul Valéry


Cada palabra, cada una de las palabras que nos permiten cruzar tan rápidamente el espacio de un pensamiento, y seguir el impulso de la idea que se construye por sí misma su expresión, me parece una de esas tablas livianas que se ponen encima de un pozo, o sobre una grieta de montaña, y que soportan el paso del hombre en movimiento ágil. Pero que pase sin pesar, que pase sin detenerse –y sobre todo, ¡que no se divierta bailando sobre la delgada tabla para comprobar su resistencia!...El puente frágil de inmediato se tambalea o se quiebra, y todo cae en las profundidades.(*)


* Fragmento de: Poesía y pensamiento abstracto. De Poe a Mallarmé. Ed. Cuenco de Plata. pág. 234

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