viernes, 6 de noviembre de 2009

BAJO ESTE SOL TREMENDO



Acabo de leer “BAJO ESTE SOL TREMENDO” tremenda novela de Carlos Busqued,
La historia de unos malandras de baja estofa, ambientada en el Chaco, mas precisamente en un pueblo(Lapachito), también para los que habitan esta ciudad (villa maría), podrán leer como la misma es escenario en una parte de la novela, momentos antes del desenlace. Novela cruel, oscura, con personajes sin discursos morales, ni psicologismos berretas. El autor en una entrevista dice sobre la construcción de los personajes“…esa cosa de que lo que pasa es lo que pasa, no hay pelotudeo, por eso no hay moral. Para qué vamos a hablar de qué hay que hacer o no hacer. Se hace…” yo leí eso y me mande a leer la novela. Crímenes, secuestros, violencia, desidia, quintales de porros, Discovery Channel y Animal Planet, elefantes y unos personajes sin ninguna manifestación de sensibilidad ante nada, con esos condimentos entre otros el autor arma una historia tremenda, generando esa sensación tan bella de no dejar el libro hasta el final. Sencillamente descomunal descubrimiento para mí y seguramente será para muchísima gente, que disfruta de esta clase de relatos, donde el análisis es para el lector, la novela cuenta una historia sin discursos éticos, solo cuenta, relata. No soy crítico literario, esta recomendación es desde el más absoluto amateurismo de lector. Para mas datos les dejo una entrevista al autor en la librería Eterna Cadencia, y para mas datos en este blog se encuentra un link al blog del autor, se llama Borderline Carlitos.



http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=3664

domingo, 18 de octubre de 2009

ACERCAMIENTO A LOS TEXTOS DE LACAN (Ejercicio de lectura)



Impulsado por las circunstancias (la sociedad que otorgaba el reconocimiento para la práctica del psicoanálisis lo había expulsado de su seno) Lacan comenzó su enseñanza con el dictado de Seminarios.
Este movimiento político, estimula su pensamiento, sin hacer de él un sistema cerrado, abre vías conceptuales que no dejan de interrogarse y expandirse.
Los diez primeros seminarios se llevaron a cabo en el hospital Sainte-Anne, entre 1953 y 1963, desde 1964 y 1979 dicta sus seminarios primero en la Escuela Normal Superior y luego en la Facultad de Derecho. Cada uno de estos cambios espaciales designa impulsiones en su pensamiento.
Al proceso productivo de Lacan, se lo puede articular en etapas que van cada diez años, que, si bien pueden servir para ubicar la producción de sus conocimientos, no se establecen como compartimentos estancos, sino que demarcan la dimensión de un proceso discursivo que toma elementos de diversos campos del pensamiento.
El primer período se sostiene por la idea de un retorno a Freud, aduciendo la insustancialidad de las lecturas de la época, dirigidas hacia la primacía del yo, Lacan recurre a la lingüística y al pensamiento Hegeliano.
El segundo período, demarcado hasta 1970 señala sus innovaciones conceptuales dentro de un marco estructuralista, que sustentará la posibilidad de plantear la interrogación de una lógica de lo Real que realizará hasta el final de su vida.
Decimos ejercicio de lectura, pues sabemos que una lectura es una acción subjetiva, que cada quien realizará desde su propio recorrido e interpretación.
Una lectura, como lo señala Moustapha Safouan,…”puede oscurecer la obra, no acertar, ver en ella incoherencias que no tiene, evaluar mal el aporte, desnaturalizarla o traicionarla. Puede por el contrario, aclararla, proveer soluciones a sus paradojas, medir su adecuación a la experiencia en que se inspira. La transmisión se hace a través de todas esas lecturas que deciden el porvenir de una obra…”
Proponemos, para la realización de este acercamiento, un recorrido de aquellos textos que son, de algún modo, señeros en el planteamiento de cada época.
En primera instancia, para introducirnos, proponemos la lectura del libro Mi enseñanza, donde se exponen diversos fragmentos que corresponden a conferencias de J. Lacan, pronunciadas en 1967 y 1968, como idea directriz tomamos la enunciación “En efecto, mi enseñanza es simplemente el lenguaje, absolutamente ninguna otra cosa…”
Para la primera época proponemos la lectura del escrito inaugural de su enseñanza llamado El discurso de Roma, versionado en los escritos como, Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, de 1953, que considera la cuestión del sujeto en sus relaciones con el significante, desde la óptica de la lingüística estructural.
Siguiendo con el eje planteado, El inconciente estructurado como un lenguaje, pero articulado ya, con la formalización del objeto a realizado en el Seminario 10 y, reseñando la segunda enseñanza, proponemos, para introducirnos en la tercera enseñanza, la lectura de La Tercera, conferencia dictada en Roma en 1975, en donde Lacan ubica el porvenir del psicoanálisis articulando lo Real, en donde el planteo del nudo Borromeo deja su impronta sustancial.

Nos encontramos el sábado 24 de octubre, a las 14 hs. en la sala silenciosa de la Medioteca Municipal.
Los esperamos,
Mónica Conci y Néstor Ribotta.

jueves, 10 de septiembre de 2009

CAFÉ TEMÁTICO DE LOS VIERNES

Es interesante comprobar como casi sin promoción, más que la mínima acción comunicativa, pero una acción movida por la inquietud del deseo, puso en marcha esta humilde experiencia.
De a poco empezó a repercutir de diversos modos, los participantes opinan, le ponen el cuerpo a sus ideas, también por mail y todas las variables del espacio virtual, ofrecen sus opiniones, sus textos, sus búsquedas bibliográficas, etc.
En ese foro en el que se aspira a una charla, que trascienda el sentido común, ese sentido tan lleno de certeza, ese sentido con todos los eufemismos, que los mercaderes usan para hacer su verano cada vez que tienen que justificar la imposición de algún producto que daña y ofende la inteligencia, desde un programa de televisión, libros o cualquier tipo de experiencia que responda solo a lógica mercantil y que se argumenta con las variantes del para todos del sentido común, siempre nivelando para abajo, o la mas obscena certeza, aquella que dice, la gente lo pide, la gente consume eso; la gente, ¿que será eso de la gente?
Contra esa idea se concibió ese espacio, simplemente un café, donde alguna gente, no toda, claro, siempre es no-toda, por eso apostamos a esos espacios, pequeños, discretos, pero donde se tenga en cuenta de un modo horizontal, las ideas y las lecturas de cualquiera que participe allí movido por su curiosidad, o por los motivos que sea que decide estar. Que cada quién que considere que tiene algo que decir, o algo que escuchar, lo manifieste, y lo comparta, sin sanción desde ningún lugar de saber autorizado, minando de alguna forma el discurso del Amo.
Tenemos la certidumbre que en la ciudad y la región, existen múltiples expresiones culturales, manifestaciones artísticas, políticas, literarias, científicas, académicas, marginales, etc, que enriquecen cualquier charla de café, y que podrían incidir en cada uno de los participantes de las maneras más diversas. Es solo eso el espíritu del Café Temático los Viernes, hacer de la experiencia del café, de la charla de café, un momento agradable, con alguna discusión, alguna charla interesante, que por ahí, quién sabe, nos haga sentir, un poquito menos solos, en un mundo tan agitado por la inmediatez, y el consumo.






martes, 11 de agosto de 2009

CAFE TEMÁTICO DE LOS VIERNES



Percepciones del presente


literatura-cine-música-teatro-artes-visuales-filosofía-psicoanálisis-tecnologías-políticas-ciencias

organiza
grupo cuatro


reflexión sobre el tema

POR DÓNDE PASA LA RESISTENCIA CULTURAL EN LA LÓGICA DEL MERCADO

viernes 14 de agosto, en VILARÓ café, Alem y Santa Fe, a las 20 hs.



El café temático de los viernes es un espacio de reflexión convocado a través de un tema de interés, el cual, será renovado en cada encuentro, en donde se desarrollará un análisis conjunto desde distintos ámbitos y perspectivas.
No es necesario para participar ninguna condición especial, sólo el deseo de saber sobre el tema convocante, se hablará un lenguaje totalmente comprensible y en el debate participará quien lo solicite.
La reunión será cada quince días con una duración aproximada de dos horas.
El acceso es completamente gratuito y en el lugar se podrán realizar consumiciones a costo personal. No nos manejaremos con reservas previas, pero recomendamos llegar con puntualidad.
Para comenzar proponemos el tema “Por dónde pasa la resistencia cultural en la lógica del mercado”, ya que pensamos nos permitirá hacer la presentación del espacio y desarrollar en conjunto la bases funcionales.
Contamos con una lista de temas que, si bien no son ni definitivos ni obligatorios, ya que en cada encuentro puede surgir el debate próximo, ayudan a sumar ideas.
Proponemos:
- Las cuestiones del trabajo y el ocio en la postmodernidad
- El amor en la sociedad de consumo
- Las emociones y la razón, la imposibilidad de la comunicación y lo subjetivo
- El poder de la palabra
- Ironía, cinismo, sarcasmo, expresiones del deseo impedido
- Lenguajes del presente y el porvenir ( hipertexto, blogger, faceboock, Chat, Messenger, medios virtuales, comunidades virtuales)
- Tatuaje, un lenguaje en el cuerpo
- Poesía del rock en Villa María

Los esperamos.

ALEJANDRO SCHMIDT, MONICA CONCI, VICTOR ALVES, NÉSTOR RIBOTTA

miércoles, 1 de julio de 2009

Seminario: El Sujeto en Tela de juicio. Guy Le Gaufey


El superpoder “psi”

Publicado en Pagina/12 4 de Octubre de 2007





El psicoanalista Jean Allouch recurre a la obra de Michel Foucault para reexaminar críticamente la posición del psicoanálisis en relación con la “función psi”, que, nacida en los manicomios, actúa “en todas partes donde sea necesario que la realidad funcione como poder”.




Por Jean Allouch *


Un título como La hermenéutica del sujeto, ¿no era capaz de zumbarles en el oído a los psicoanalistas, en primer lugar a los lacanianos? A la distancia, actualmente no se puede asumir que ese curso de Michel Foucault, publicado en 2001, haya tenido importancia para ellos. Tal vez se sospechó, si es que se lo leyó, que tenerlo en cuenta implicaría demasiados trastornos dentro de la teoría así como dentro de la práctica psicoanalíticas.
Sea como fuera y más radicalmente, ¿sería posible que las transformaciones a las cuales Foucault invita al psicoanálisis sean precisamente las que le convienen en adelante?
¿Pero qué pasó entonces para que se impusiera ese gesto de redoblar a Lacan por parte de Foucault? Tomemos El poder psiquiátrico, Los anormales y La hermenéutica del sujeto. Salta a la vista al leer esos textos, especialmente el último, que se trata nada menos que de la genealogía del psicoanálisis. Según Foucault, “genealogía quiere decir que realizo el análisis a partir de una cuestión presente”. (“El cuidado de la verdad”, en Obras esenciales, ed. Paidós.) Dicha cuestión es la siguiente: “Cuando actualmente vemos la significación, o más bien la casi total ausencia de significación, que les damos a expresiones sin embargo muy usuales y que no dejan de aparecer en nuestro discurso como: volver en sí, liberarse, ser uno mismo, ser auténtico, etcétera, cuando vemos la ausencia de significación y de pensamiento que hay en cada una de esas expresiones usadas hoy, creo que no hay que estar muy orgullosos de los esfuerzos que hacemos ahora para reconstituir una ética de sí. [...] Dentro del movimiento que ahora nos hace a la vez referirnos incesantemente a esa ética de sí sin darle nunca un contenido, pienso que cabe sospechar algo que sería una imposibilidad de constituir hoy una ética de sí, cuando tal vez sea una tarea urgente, fundamental, políticamente indispensable constituir una ética de sí, si después de todo es cierto que no hay otro punto, primero y último, de resistencia al poder político más que en la relación de sí consigo mismo” (La hermenéutica del sujeto, México, ed. FCE).
Para indicar aquello que vuelve tan indispensable, por el lado de Lacan, recurrir hoy a una genealogía del psicoanálisis, expondré lo siguiente: después de más de un siglo, a fuerza de haberse devanado los sesos en todos los sentidos, el psicoanálisis ha llegado a no saber ya en dónde está, a dónde pertenece ni tampoco qué es. Algo que, aun teniendo efectos positivos, particularmente efectos críticos, sin embargo tiene consecuencias molestas en varios planos. Quizá no tanto en la práctica misma (práctica que de alguna manera es sostenida por el dispositivo freudiano, aunque haga falta examinarla más en detalle, pues a veces se descubre que ese dispositivo se coloca del lado del discurso del amo), sino más bien, por una parte, en lo que podemos llamar la posición del psicoanálisis dentro de la episteme y, por otra parte, en la manera en que el psicoanálisis tiene que presentarse en lo social a fin de poder subsistir, aunque fuera al modo de un parásito. ¿Cómo elegiría una política de la cual apropiarse, si ya no sabe ni quién es ni lo que es?
No tomaré más que un solo indicio de la actual desorientación: el combate que se llevó a cabo en Francia contra la evaluación y las terapias comportamentales cortas. ¿Cómo se reaccionó políticamente a nivel institucional? Conformando una especie de frente “psi” y devolviéndole consistencia al mismo tiempo al humanismo, que vuelve tan trascendente al sujeto que por principio debería escapar de toda evaluación. Se cae además en plena contradicción, porque quienes vociferaron con razón en contra de la evaluación no se privan, como atestiguan sus escritos, de evaluar con toda la fuerza, en particular usando el diagnóstico larga manu. Ese sujeto que escaparía de toda evaluación, el sujeto “humanista”, no es el de Lacan.
Por cierto, el recurso a ese sujeto pretende ser un arma contra la desastrosa y poderosa tentativa actual de reabsorción del sujeto en el individuo. El individuo, el indiviso, es el sujeto estadístico, vale decir, disuelto dentro de la estadística (la estadística supone que el mismo individuo responde a la pregunta 3 y a la pregunta 12 del formulario que hay que llenar, a cada una y a todas las preguntas; eliminen esa suposición, y ya no es posible ningún cálculo). ¿Pero acaso se advirtió en ese combate justo que así se estaba reviviendo lo que Foucault distinguía en 1973-1974 denominándolo “función psi”?
“Superpoderes”
Michel Foucault nombra la función psi exactamente el 9 de enero de 1974, para cartografiar enseguida su despliegue (véase El poder psiquiátrico, ed. FCE). Todo parte de la demostración previa según la cual el psiquiatra es alguien que dirige; así habría logrado, en gran medida, que se pusiera socialmente a su cargo la “dirección de conciencia”. Pero a Foucault le parece notable la manera en que el psiquiatra dirige. Al enfrentarse con el poder coercitivo del delirio en el alienado –coercitivo para el alienado, pero también para su entorno–, el psiquiatra se dedica a dirigir al alienado dándole a la realidad misma un poder coercitivo. Es lo que Foucault llama la tautología asilar: “Darle poder a la realidad, y fundar el poder en la realidad, es la tautología asilar” (El poder psiquiátrico, FCE). ¿Qué pasa con esa realidad? Foucault, como Lacan, no la considera como un dato en bruto, sino como voluntad del otro, es decir, del psiquiatra. Por supuesto, todo esto tiene mil resonancias en el psicoanálisis, pues basarse en “la parte sana del yo” equivale a la recuperación de una de las tácticas del tratamiento moral.
Pero Foucault lleva más lejos su investigación y se pregunta acerca de los alienados: ¿por qué la medicina? ¿Por qué la medicina, cuando la disciplina impuesta en los asilos no se distingue de la que se ejerce en los cuarteles, las escuelas, los orfanatos, las cárceles? Con este nuevo giro, nos espera una sorpresa. Señala en efecto que no es el saber médico lo que constituye la diferencia entre el médico y un administrador cualquiera que detenta el poder, porque agrega que no hay conexión, ni siquiera laxa, entre el saber y la práctica de los alienistas; ambos, el saber y la práctica, siguen su camino por su lado (y sigue siendo así, la psicofarmacología no lo ha modificado). En cambio, para conseguir que el alienado admita la realidad que se le contrapone y que se pretende que sea más coercitiva que su delirio, se apela nada menos que al cuerpo mismo del médico: un cuerpo imponente, un cuerpo que se impone (puede verse ya en la primera lección del curso), un cuerpo que adquiere, como muestra Foucault, las dimensiones del mismo asilo. Pero también en este punto Foucault no cede a la facilidad; una vez más, se pregunta acerca de ese cuerpo: “¿Por qué no un director administrativo, por qué un médico?” Respuesta: porque el médico sabe. Se objetará, ¿acaso el mismo Foucault no observó que el saber del médico precisamente no interviene en su práctica? Sí, por cierto. Sin embargo lo que importa no es que el médico detente un saber útil para el tratamiento, sino que lleve las marcas de un saber supuesto, supuesto por la misma inscripción de esas marcas. Dichas marcas, diríamos con Lacan, lo convierten en un ser supuesto saber. Y Foucault describirá las astucias de los médicos para que cobre consistencia frente a todos, estudiantes, enfermeros, administradores y, por supuesto, enfermos, esa impresionante figura de un doctor que sabría mejor que el enfermo lo que corresponde al enfermo y a su enfermedad. La más ostensible y la más repugnante de esas astucias es la presentación de enfermos, y no es un buen signo que aún hoy siga siendo ampliamente practicada en algunos sitios lacanianos.
Foucault precisa: “Son esas marcas del saber, y no el contenido de una ciencia, las que le permitirán al alienista funcionar como médico en el interior del asilo. Son esas marcas del saber las que le permitirán ejercer en el interior del asilo un ‘súper-poder’ absoluto, e identificarse finalmente con el cuerpo asilar” (El poder psiquiátrico).
Dentro de lo que Foucault llama “proto-psiquiatría” se trata pues del poder (del delirante) contra el poder (del alienista) –identificado a su vez como “súper-poder” o bien como “intensificación de la realidad”–. La función psi, escribe entonces, se encuentra “en todas partes donde sea necesario hacer que funcione la realidad como poder” (El poder psiquiátrico).
(¿Qué sucede, en este punto, con el psicoanalista? Su posición se caracteriza por el hecho de que no dispone de ninguno de los medios por los cuales el psiquiatra, en los límites de su acción, ejerce su súper–poder: ni los brazos fornidos de los enfermeros, ni camisa de fuerza química, ni pieza de aislamiento, ni amenazas o chantajes son admisibles. ¿Y entonces? Precisamente, despojado, su intervención podrá emplear su debilidad real como una palanca. Foucaultianamente hablando, se trata de un sub-poder, que remite a la regla del juego lacaniano según la cual el psicoanalista dispone de un poder, a veces otorgado por el analizante, pero un poder que precisamente no ejerce.)
Añadirle a esa super-realidad la realidad del inconsciente parece, desde esa perspectiva, un simple matiz, más exactamente un suplemento de súper–realidad que en el fondo no cambia nada. Como seguimos constatando cada día más, la función psi ha proliferado, empezando por la escuela, donde hace su ingreso por el sesgo del niño idiota. “Y es a partir de esa forma mixta, entre la psiquiatría y la pedagogía, a partir de esta psiquiatrización del anormal, el débil, el deficiente, etcétera, que se produjo, según creo, todo el sistema de diseminación que le permitió al psicólogo convertirse en esa especie de redoblamiento perpetuo de todo funcionamiento institucional” (El poder psiquiátrico).
Ahí tenemos pues la función psi, a la que actualmente parecemos suscribir con las mejores intenciones. ¿Es ése el lugar del analista? Había creído comprender que estaba por el contrario allí donde se rechazó, muy tempranamente, esa intensificación de la realidad, esa realidad elevada por Freud a la dignidad de un principio (el llamado “principio de realidad”). Antes bien, ¿no estaba determinado ese lugar por la resistencia freudiana a ese forzamiento cuya naturaleza se revelara con el fiasco público del psiquiatra Jean-Martin Charcot en el hospital de la Salpêtriere? (Charcot ridiculizado por las histéricas que simulan, sin que él lo sospeche, su pretendido saber.) Foucault revisa lo que pasó en la Salpêtriere. Recordemos que Charcot no quiere saber nada acerca de la lubricidad que sin embargo tiene ante los ojos (Charcot es una mirada). Freud, entonces, tomó partido por las histéricas, siguió sus indicaciones y no desatendió la lubricidad. ¿No se apartaba de ese modo de la función psi? Hoy no veo otra política posible para el psicoanálisis que la siguiente: cuanto más extendida, imponente y dominante se revele la función psi, más se hace preciso apartarse de ella.
Gringos
El aval que se otorgó a los psis de cualquier índole tiene que pagarse con algún costo para el psicoanálisis. Al conformar semejante comunidad psi, insertándose a su vez en ella, se olvidaban indicaciones valiosas de Lacan, por ejemplo la de que no valía la pena “psicoterapiar” el psiquismo –-la misma palabra es tan fea que, en efecto, no vale la pena–. Pero también se reforzaba la idea del psicoanálisis como una pastoral, como casi naturalmente al servicio del bien público de nuestras sociedades. Esto se lee claramente en algunos autores que identifican el combate psicoanalítico con el de la democracia. Según ellos, el psicoanálisis necesita de la democracia (y la experiencia latinoamericana debería pues pronunciarse de manera matizada, aunque también la de los gringos, cuyo estilo de democracia hizo añicos el psicoanálisis, que se supone le suministra ciudadanos adaptados, y aún más con la actual búsqueda desenfrenada de consenso). Sin embargo, no podríamos deducir la recíproca sin más: que el psicoanálisis necesite de la democracia (aceptémoslo por un momento) no implica que la democracia necesite del psicoanálisis. Tomémoslo como una definición: tal vez no haya verdadera democracia sino allí donde la modalidad situada en el poder tolera en su seno otros funcionamientos de esa misma modalidad (un problema que se enfoca en las llamadas sectas) y otras modalidades que no convergen necesariamente con ella. Según esta exigente definición, y sin evocar siquiera la esclavitud, la Atenas que mató a Sócrates no merece ser llamada una democracia.


(*) Extractado de El psicoanálisis ¿es un ejercicio espiritual? Respuesta a Michel Foucault (ediciones Literal, ed. El Cuenco de Plata).

miércoles, 13 de mayo de 2009

Pensar el presente (*) por Daniel Lesteime

Lo gravísimo de nuestra época grave es que todavía no pensamos
Martín Heidegger







Tal vez la opacidad sea la característica distintiva de esta actualidad que atraviesa nuestra experiencia. Opacidad que echa por la borda el viejo ideal ilustrado desde el cual se creía en un paralelismo entre orden político y progreso social. Hoy las grandes verdades desde las cuales la modernidad construyó su edificio parecen desbordadas, desfondadas; sólo quedan restos, escombros de aquel proyecto.

En el viejo ideal ilustrado que se teje en la modernidad, el sujeto es pensado como aquél capaz de romper las cadenas que, según Kant, lo atan a una “persistente minoría de edad” en el orden del pensamiento, producto de la comodidad y la cobardía, pues dar ese “salto” que implica asumir la mayoría de edad significa nada mas y nada menos que “atreverse a pensar por uno mismo”.

Esta imagen es la que desde nuestra mas temprana socialización nos ha sido dada como el ideal a conseguir. En tal sentido, la escuela –a pesar de sus espurios orígenes1- tal vez sea el espacio público desde el cual se levantó este ideal como bandera, enunciando grandes aspiraciones como la formación de ciudadanos críticos, participativos, creativos y con espíritu democrático.

Este ideal impregnó fuertemente el discurso pedagógico desde los `90 mientras, por otro lado, asistíamos al vaciamiento de su sentido y al desguace del sistema escolar2. Dobles discursos que se corresponden con las múltiples morales que nos habitan y a las cuales adscribimos.

En este cruce, la educación resulta una paradoja: por un lado se espera de ella la “cura” a todos los males sociales y, por el otro, se la abandona a su suerte, considerándola casi como una antigualla, un objeto vetusto e inservible.

Para algunos pensadores contemporáneos este tiempo se define posmoderno. Ahora bien, ¿qué es eso de la posmodernidad? Mucho se dice de ella y pocas veces con el debido rigor.
El término posmodernidad, creado en el ámbito de la arquitectura, es tomado por el filósofo francés Jean Françoise Lyotard, quien en la década del 60 comienza a reflexionar sobre la conformación de una nueva conciencia de época, caracterizada por una exacerbación de la idea de individuo, la caída de los grandes relatos que rigieron la modernidad: la historia como telón de fondo, el Estado y la política como elementos capaces de asignar un orden, la moral y la religión como factores estructurantes de un único ideal a seguir, entre otros.

Ahora bien, la posmodernidad se puede definir –según Lyotard- como la “conciencia melancólica” 3 de que las promesas de la modernidad (de progreso indefinido, orden social, racionalidad absoluta y moral universal) no se han cumplido.

Por otra parte, la posmodernidad no constituye una época histórica en el sentido historiográfico del término pues surge en la edad contemporánea como “conciencia de época” y abre un debate en el campo de la filosofía; quienes la niegan, en el sentido de que consideran que el proyecto moderno aún no ha concluido discuten con quienes sostienen que estamos viviendo una nueva conciencia epocal. En tal sentido, cabe recordar el debate entre el filósofo alemán Jürgen Habermas y Lyotard.

Desde nuestra perspectiva, la posmodernidad constituye una ruptura con la modernidad en tanto que a partir de ella podemos encontrar una nueva episteme, en el sentido en que Michel Foucault la define: como las condiciones de posibilidad históricas en que se configuran las verdades de una determinada época. Por lo tanto, podemos hablar de una nueva subjetividad centrada en la noción de individuo, de unos valores que rompen con la noción de un proyecto común y de prácticas sociales que no se definen ya por su “esencia” sino por el juego de poder en que se sitúan para poder construir verdad.

Mucho se habla hoy de “crisis de valores” o de falta de ellos. Padres y docentes nos “desgarramos las vestiduras” confrontando nuestra experiencia del pasado con las configuraciones identitarias que asumen las nuevas generaciones. Hay programas de educación en valores en diversos ámbitos: escuelas, iglesias y hasta en diferentes medios masivos de comunicación. Las escuelas enuncian vocingleras su ideal de formar ciudadanos democráticos y librepensadores. Lo cierto es que nada parece mellar las conciencias de adolescentes y jóvenes “posmodernos”; muy por el contrario, el choque generacional resulta un abismo y termina clausurándose toda posibilidad de verdadera comunicación. Habría que preguntarse, en todo caso, a quiénes pone en crisis la tan mentada “crisis de valores”. Es que tal vez esta no sea más que una muestra de lo que se construye en otros dominios del campo social donde la opacidad está a la orden del día y donde “posmos” somos todos.





1.Cabe recordar que la escuela es un invento de la modernidad. Creada al servicio del desarrollo industrial dada la necesidad de disciplinar a los futuros operarios del sistema de producción capitalista en pleno proceso de expansión.
2.Sería injusto no recordar que en nuestro país este proceso se inició a fines de los `60 y se configuró plenamente durante los años de la última dictadura militar, con aportes de pedagogos como el franquista y archicatólico Víctor García Hoz, entre otros, quienes pregonaban la idea de una “Educación Personalizada”, que pudiese “formar integralmente a la persona humana”. Cfr. Kaufmann, Carolina y Doval, Delfina, Una pedagogía de la renuncia. El perennialismo pedagógico en Argentina (1976-1983), Paraná, UNER, 1997.
3.Cabe recordar que un siglo atrás Nietzsche se anticipaba al preguntarse: “¿Quién ha tomado la esponja que nos ha borrado el horizonte?”

(*) Artículo publicado en http://www.goyaopina.com.ar


Datos del Autor
Daniel Lesteime
Licenciado en Filosofía - Profesor en Filosofía y Pedagogía y en Ciencias Sociales - Especialización y Maestría en Metodología de la Investigación - Doctorado en Filosofía - Catedrático del Instituto Superior Goya y de la UCP - Investigador de la UNLa.

martes, 7 de abril de 2009

Te Da Algo-con Hipecactividad; Te DA nada -sin hiperactividad

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad –TDAH-Circo, maroma y teatro con la atención y la tensión ante el niño




El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad –TDAH-Circo, maroma y teatro con la atención y la tensión ante el niñoUn fantasma recorre nuestra sociedad, ese monstruo de mil cabezas gusta hacerse presente, dicen, en las escuelas, de manera particular, en las primarias. Un fantasma provoca miedo y produce efectos en la subjetividad. Ese monstruo está en los primeros lugares de la atención, él pre-ocupa a los maestros, a los padres, a los psicólogos; dicen que él descarga sus efectos sobre las niñas y niños, a eso se le añade que la industria farmacéutica ha logrado hacer de ese síntoma un gran consumo y convoca a su favor al poder psiquiátrico, médico y el Estado. Los niños están inquietos y, entonces, como ya los padres y madres no saben qué hacer ante la inquietud que les provoca el niño inquieto buscan calmarlos, buscan quienes los calmen y sobretodo “buscan” o “encuentran” una pastilla que promete la calma. Allí, en ese punto de intranquilidad aparece la formación, como se dice ejército en formación, de los profesionales psi: psiquíatras, psicólogos, psicopedagogos y hasta algunos trasnochados psicoanalistas. Los profesionales psi…juegan a jugar el juego de ser los expertos, ellos ofrecen un servicio de reparación del daño colateral que el actual sistema provoca entre sus miembros. Las tensiones, inhibiciones, angustias y síntomas que el lazo social posmoderno instala y que como señaló Octavio Paz, “estamos a condenados a vivir”. Basta con que se detecte algún indicio de “traumatismo” –vivimos una hiperinflación del trauma que es traumática-, basta una señal para que las formaciones psi…den su voz autorizada y lancen su grito de batalla:”Nada de sufrimiento…Está prohibido sufrir… Nada de tristezas, la vida sigue…Nada de angustia…Suprimamos cualquier inhibición…Lo importante es ser funcional” . También suelen levantar su voz en "defensa" del niño, sin darse cuenta que en ese momento inhabilitan a los niñas y a los niños como sujetos que tienen herramientas para hacer frente a esa amenaza que amenza, así lo recordaba Freud cuando escribió el caso Juanito. Para que condenar a los niños como si ellos no pudiesen defenderse.En el caso del Trastorno por Déficit de Atención (TDA con o sin Hiperactividad), la consigna del poder bio-psico-estatal es: “El único niño bueno es el niño quieto, bien quieto, totalmente quieto” (llegarán a decir “absolutamente quieto”). Usted recordará que esta consigna es muy cercana a la empleada durante la conquista española de nuestro país: “El único indio bueno es el indio…callado”[1].¿Qué es el TDA?Un informe de un psi…lo describe así: “No presta atención. Incurre en errores. No mantiene la atención ni en actividades lúdicas. Parece no escuchar. No cumple las instrucciones. No finaliza las tareas. No se sabe organizar. Está permanentemente distraído. No aprende.” Es decir, estamos ante un niño que presta atención a otra cosa, no le presta atención, p.e., a la maestra, o no le presta atención a los aburridos temas con los que se pretende atiborrarlo de “conocimientos”. Poner atención a una cosa y no prestársela a otra ¿Es una enfermedad? ¿Es un síntoma? ¿Estaremos ante un desorden neurológico? Tener errores, no querer hacer una actividad aburrida, poco o nada lúdica ¿Es un déficit? Preguntamos a qué se debe que ese supuesto déficit se reparte de manera singular, él sigue todavía la línea de la “diferencia” de los sexos: los que son llamados “niños” engrosan en gran número las estadísticas del TDA, mientras que las llamadas “niñas” lo son poco o no son deficitarias o tienen con qué entretenerse o están en la luna de Valencia con mayor disimulo y nadie las molesta y tampoco nadie…las pela.Una niña/o inquita/o solicitan que alguien los pele, los tome en cuenta, y también puede ocurrir que solicitan que ya no se ocupen tanto de ellos, que los dejen tranquilos pues ellos tiene cosas que hacer. ¿Quién dice que sólo los padres “deben” poner atención a las niñas y niños? ¿Para qué se difunde, con la colaboración algunos psicoanalistas, que los padres están “obligados” a velar por sus hijos? Acaso la paternidad es obligatoria ¿Y el deseo?La erótica de la niña y del niño: ¿atención, tensión , falta de atención,...?Los padres y las madres alarmados dicen, vociferan, gritan: “No sé qué tiene pero me enloquece”, subrayamos el carácter reflexivo de la frase: son las madres y los padres quienes están “enloquecidos”. Los maestros batallan con un número elevado de alumnos (hasta 60 por salón), basta con la inquietud de uno para que se propague; esa es, al menos, la fantasía que arma la realidad del maestro ante la inquietud y esa fantasía le regresa como realidad en el salón de clases ¿Será que toda inquietud es un “déficit”? Y ¿Si la inquietud señalará el déficit provocado por una demanda obscena de someterse a una quietud sepulcral?Delante del TDA las instituciones educativas y de salud generan normas, declaran que van a llegar al fondo del asunto ¿Por qué el fondo y no la superficie? ¿Para qué se van hasta el fondo si la pregunta está delante nuestro? Mientras reparten normas, criterios normativos, imponen tratamientos le pasan la bolita a quien está más abajo, es decir, el niño sería la “víctima” de una “enfermedad” de origen desconocido[2]: la inquietud que lo habita y la inquietud y atención que así logra provoca la epidemia de inquietud. La “enfermedad”, su diagnóstico, los priva y nos priva de encarar la pregunta de la inquietud de los niños de manera compartida y encontrar junto con otros y con los "afectados" una respuesta ¿A qué se debe que los padres aceptan cualquier tratamiento? ¿Será que no saben? Acaso ¿el saber de la abuelita ha perdido su eficacia para estas inquietudes y para estos padres? Los maestros atrapados entre la espada de la institución y el muro de la inquietud rinden su experiencia y se entregan a las maniobras de un nuevo amo: la ciencia y la industria farmacológica: “Una pastilla y, quizás -eso prometen- ya no me molestarán”.Usted notará las ocurrencias reflexivas: “Me enloquece; me molesta; me inquieta”, ocurrencias de las madres –ellas dicen que “lidian todo el día” con su/s toro/s infantil/es, subrayemos el carácter erótico de la lidia, esas ocurrencias aparecen en boca de las maestras y los maestros, de las psicopedagogas, de los psicólogos, de los psicoanalistas trasnochados[3] . Sólo que los psi…rellenan los vacíos, el vacío de los niños, de los adolescentes y adultos con “explicaciones” sobre el “desarrollo psíquico”,” la ausencia de los padres”, así entre explicación sesuda y explicación sesuda se introducen las píldoras de “Ritalin”, de “Concerta” (¡¡!!) y la última generación “Strattera”.El goce de la desgracia: negocios de algunos ¿sufrimiento de otros?Lo singular es que cada uno de esos medicamentos recien nombrados curan enfermando más: los mismos laboratorios anuncian que ellos pueden aumentar, por ejemplo, “las ideas suicidas”. Los jóvenes ejecutores de la masacre de Columbine, EEUU, según algunos estudios, estaban medicados con “Ritalin” desde niños; esa masacre muestra el nivel de su inquietud, a la masacre le brindaron atención pues la planificaron con más de un año de antelación[4].El (¿) goce (?) de los fármacos es el objetivo de los laboratorios,¿sólo de ellos?, ellos gozan de las ventas de cada fármaco, cuanto más ventas más plusvalía obtienen, sobre eso nada tenemos que decir, cada quien goza de lo que tiene a su alcance, en el terreno del plus de gozar no hay prescripción válida, este sería un caso del goce de la desgracia ajena. Unos gozan de lo que a otros no les produce goce alguno, bueno al menos eso es lo que se dice. Convertir preguntas en problemas y contingencias comunes de la vida, como la posible falta de atención, el envejecimiento, la timidez, la menopausia, la tristeza o la soledad en “enfermedades” o “síntomas” que pueden tratarse con fármacos es la táctica y la estrategia del goce de la industria farmacéutica, esa industria es funcional con el sistema donde operan, no puede ser de otra manera pues esos “padecimientos” son síntomas del malestar de la cultura posmoderna.Además, dolencias leves son trasformadas en graves –véase la mitología del “fumador pasivo”, se inflan las estadísticas de prevalencia (número de casos), y se las convierte en un factor de riesgo – si se hace gimnasia, "te enfermas" y sino la haces también "te enfermas", en ambos casos, el laboratorio dice: “Te ofrecemos medicamentos”. Y todo ello, a menudo, de forma combinada, con el apoyo de médicos, líderes de opinión y la utilización de los medios de comunicación, en campañas dirigidas a los consumidores y luego a los médicos. La TV está plena de propaganda médica, incluida una que dice: “No se automedique, tenemos para ello un medicamento”.El “Ritalin”, el “Concerta” y el “Strattera” como cualquier medicamento- comenzando por la popular aspirina- es dañino para la salud, es decir, “curan” a condición de provocar un daño biológico: la aspirina “elimina” el dolor de cabeza al tiempo que provoca “pequeñas” (sic, resic) hemorragias en el tracto digestivo. La droga activa del “Ritalin” medicamento para el TDA es el metilfenidato, un químico de acción similar a las anfetaminas, su potencia “adictiva” lo colocó en el listado de “drogas” de “alta vigilancia” [¡¡hummmm!!¿quién se lo cree?] controladas por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU. La coca sólo se convirtió en perjudicial para la salud cuando la ciencia la transformó en cocaína al aislar sus componentes químicos y permitió su producción industrial[5].El componente químico del“Ritalin” no es una droga como las empleadas por los llamados drogadictos, sino que estamos ante un componente químico desplegado por la ciencia que afecta al organismo y produce ganancias a sus fabricantes y parece que así se calman los padres, los maestros, las autoridades de educación y de salubridad. ¿Y los niños? Vaya a saber usted, no conviene de entrada colocarlos como víctimas pues ellos son miembros de un lazo social donde las formas de la paternidad tienden a sostenerse, para bien o para mal o para las dos cosas, en la “autoridad” fría y despersonalizada de la ciencia objetiva y sus productos. El “Ritalin” provoca una drogadicción de orden médico o prepara el terreno para el consumo obligado de otras drogas debido a su carácter adictivo, empleo permanente y permanencia en nuestro organismo. La droga del laboratorio afecta al cuerpo, la droga del drogadicto da lugar a estados y fantasías articuladas con cierta idea de regresar a un estado previo o alejarse de un malestar que una situación actual provoca. En los llamados drogadictos, a veces, cuando recurren ellos a un psicoanalista, hay pistas, indicios y señales de un sujeto, que quizás encuentre su realización; con el medicamento y su adicción eso no es factible.En esta tertulia nos proponemos abordar este tema que circula en la ciudad mediante un sesgo modesto para localizar sus alcances y desplegar sus consecuencias. Ese sesgo está dado por un conjunto de preguntas: ¿A qué se debe la presencia actual de esos síntomas como el TDA?; ¿Por qué esos niños causan y convocan la atención de los otros, otros que sólo atinan a calmarlos con un medicamento? Un llamado ¿Por qué y para qué recibe como respuesta una pastilla? Acaso el interrogante es ¿la medicalización de la vida subjetiva o se trata de otra cosa? En estos tiempos donde la sociedad parece sacudida por una epidemia de prácticas pedofílicas –en los hogares, en las iglesias, en los conventos, en los monasterios, en las escuelas-, donde las conciencias morales convocan a defender los derechos humanos de los niños ¿A qué se debe el silencio ante estás prácticas inducidas y protagonizadas por infantes, padres, madres, maestros, autoridades sanitarias y laboratorios químicos? Estos medicamentos ¿serán acaso una “respuesta” ante los síntomas, inhibiciones y angustias de cada uno de los que son llevados a vivir bajo la etiqueta de Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad? ¿Se puede abrir algún horizonte a niños o adultos cuando se los califica de tener un “déficit” incurable? ¿Será así? ¿Esto es una cuestión de víctimas inocentes que pasivamente viven los embates de un conjunto de laboratorios y/o expertos psi…? Cuando la niña o el niño son considerados “víctimas" no hay posibilidad de ubicarlos como sujetos, y por lo tanto, nos preguntamos ¿A qué se debe, en particular que numerosas filiales de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) avalan el tratamiento medicamentoso de un “síntoma" creado por la industria farmacéutica? Quizás y sólo quizás, sea viable abordar estos interrogantes de la polis, de la vida en nuestra ciudad, sin colocar la práctica del psicoanálisis y su doctrina al servicio de “reparar” el daño colateral que genera un sistema social para quienes vivimos en él y cuyas consecuencias nos toca abordar sin descargarla en forma necesaria sobre alguna figura del amo (Dios, el Padre, la Ciencia, el biopoder,...)Con estas y otras preguntas organizaremos una tertulia temática para recorrer: El circo, maroma y teatro del llamado Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad
Alberto Sladogna Psicoanalista

[1] Una variante de esa frase dice: ”Calladita/o te ves más bonita/o”

[2] Una consulta a la página del Laboratorio Eli Lilly, filial México, fabricante de Strattera, permite leer la siguiente constatación: no se sabe cuál es la causa de esa “síntoma”, sin embargo eso no les impide recetarlo para el transcurso de la infancia y adolescencia; luego añaden al pie de la letra: “Luego de la adolescencia el padecimiento se cura solo”[sic, resic y recontrasic]

[3] Francisco Palacio Espasa, jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente de Ginebra, psicoanalista y catedrático de Psiquiatría del Niño y del Adolescente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra (Suiza), afirma la existencia de la “depresión” en infantes de 5 meses en adelante: él dice “depresión”, ese término convoca a los “antidepresivos”. En un reciente congreso de la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM) se dedicaron varias mesas a los avances “neurológicos” –léase fármacos- para el “tratamiento” del TDA, por eso los laboratorios patrocinan esos eventos, los laboratorios no dan pisada sin guarache.

[4] Ver el filme documental y documentado de Michel Moore: Masacre en Columbine, se lo localiza en los diversos videos de nuestro país.

[5] Sigmund Freud, Sobre la cocaína, [julio, 1884]; Contribución al conocimiento de los efectos de la cocaína, [enero, 1885]; Anhelo y temor de la cocaína [julio, 1887]; ver también, Robert Byck, Escritos sobre la cocaína, Anagrama, Barcelona, 1980. El refresco de cola, la chispa de la vida contenía durante sus primeros largos años “cocaína” en su fórmula química; luego el monopolio farmacéutico “condenó” la cocaína como droga y se la apropió para “usos medicinales” [¡¡¡hummmmm!!!].

Modelo Optico de Jacques Lacan - Parte 2

Modelo Optico de Jacques Lacan - Parte 1

viernes, 2 de enero de 2009

Esther Díaz. Sobre Michel Foucault

EL PEZ EN BICICLETA


Miguel Benasayag - Edith Charlton

(capitulo XV del libro: Crítica de la Felicidad)



L' amour... toujour l'amour. Estas líneas están escritas en Francia, tierra identificada, con razón o sin ella, con el amor, ese extraño fenómeno designado por Alain Badiou como una de las cuatro proceduras genéricas (las otras son el matema, el poema y la invención política,) (1). Después de todo, ya se sabe, del lado de la felicidad, con amor y agua fresca todo va bien(*), incluso en el país del camembert. A pesar de largas y serias investigaciones, no hemos podido descubrir aún el porqué del agua fresca.
Si es cierto que existe una figura de la totalidad totalizante, de la armonía pastoril cristalizada, ella es exactamente la que evoca el significante "amor". Cuando decimos "amor", no hemos dicho todo, lejos de ello; sin embargo, la mayoría de las veces, no queda nada por decir, excepto agua fresca, ¿por qué será?. Corriendo el riesgo de caer en una herejía más, trataremos de decir algo acerca del amor.
La condición amorosa, con todas sus imágenes cercanas a un autismo romántico, remite tanto a los hombres como a las mujeres a una subjetividad muy particular, en la que se fusionan de manera imaginaria, permanente y armónica con otro ser que los comprende (comprende todo, por supuesto), los envuelve, los protege, los estimula... Ying y Yang, Juan y María... La enfermedad amorosa nos da la ilusión de un cotidiano mágicamente transformado: me pongo las medias, María está ahí; ella se cepilla los dientes, Juan está ahí. ¡Qué bárbaro! Al amor a primera vista, mientras se trata de una metáfora, todos conseguimos más o menos superarlo, porque a lo cotidiano transformado por el amor le siguen días posteriores en que María pierde lentamente sus poderes.
Nuestra sociedad de la mercancía y del espectáculo ha hecho del amor una super-mercancía descartable. Todo tiene que ocurrir en la estupefacción del consumidor encantado, pero nuestra sociedad digiere rápido. Sabemos todos, gracias a fabulosas herramientas tales como la televisión, de qué modo enamorarse, reemplazando, por ejemplo, el agua por la Coca-Cola, cómo vivir un amor a primera vista embriagado por su perfume(**),cómo declarar su amor con un diamante ... (***). El agua fresca, prótesis indispensable para el acontecimiento amoroso, es alegremente reemplazada por otros productos menos acuosos y más caros según el antojo de nuestros publicitarios, esos gangsters de nuestra época.
Pero dejando de lado las bromas, "una mujer sin un hombre es como un pez sin bicicleta": este bellísimo slogan elaborado por las "hermanas" del movimiento feminista nos permite escribir algunas palabras más allá de toda armonía pastoral amorosa. Nosotros pensarnos que hay que atreverse a deconstruir radicalmente y sin concesiones estas visiones unidimensionales y estériles de un amor-armonía, de un encuentro perfecto que responde a no se sabe qué correspondencia cósmica capaz de producir un todo.
No, no se trata de un enchufe eléctrico ni de una sabiduría cualquiera de la naturaleza, que determinaría una línea unívoca y sin ruptura del género. ¿Has visto, hijo mío?, las moscas van con las moscas, el gallo con las gallinas, el vecino con la vecina... El amor tiene más que ver con un pez muy original al que le gusta una bicicleta y con una bicicleta que sueña con vivir con un pez. Ni armonía, ni encaje, ni correspondencia, simplemente, tal vez, admiración.
"La admiración, según dice Luce Irigaray, esa pasión que no tiene ni contrario ni contradictorio, y que siempre es por una primera vez. Así, el hombre y la mujer, la mujer y el hombre están siempre una primera vez en el encuentro porque son insustituibles el uno con respecto al otro. Jamás estaré en el lugar de un hombre, jamás un hombre estará en mi lugar. Cualesquiera que sean las identificaciones posibles, jamás ocupará uno exactamente el lugar del otro -son irreductibles uno con respecto al otro" (2). Imaginemos la sorprendida admiración entre un pez y una bicicleta. La bicicleta no creo que este ser tan raro, sin piernas ni brazos, sepa hacerla andar como se debe y, por su parte, el pez no ve en la bicicleta una buena herramienta para ir a su trabajo de pez.
La frase del discurso amoroso está enunciada por Jacques Lacan como: "Te pido que rechaces lo que te ofrezco porque no es eso..." Nunca es eso y, sin embargo, no podemos impedimos ofrecer nuestro amor. Para que el amor no tenga la cara de una botella de Coca-Cola, es necesario poder identificar el vacío, la fisura o la ruptura de un acuerdo entre dos seres que podrán decir de la armonía: "No es eso."
Frente a su mutua incapacidad para convertirse en la herramienta del otro, el pez y la bicicleta tienen la posibilidad de construir a partir del vacío una relación de admiración y de fidelidad llamada amor. Fidelidad entre un pez y una bicicleta podría querer decir no tomar al otro como objeto en un "salto del intervalo", respetarlo y admirarlo como quien sigue siendo otro con el pasar del tiempo. Ser fiel, para la burguesía, significa gozar del otro en su consumo y su digestión hasta que el otro entregue su alma, que ya no tenga secretos, tanto de profundidad como de libertad. En la felicidad mercantil, fidelidad significa encarcelar al otro, amor bancario en que uno invierte parte de su capital en alguien y el resto en otra persona...
Que no se trate de un enchufe eléctrico, que a pesar de la "buena" voluntad del sexólogo todo no ocurra como entre los hipopótamos, también quiere decir que, mientras el amor entre un pez y una bicicleta esté fundado en la ética y la admiración, no habrá aberración ni perversión, ni "mala elección de objeto", en una palabra, no habrá patología. Entre pez y bicicleta, incluso entre varios, todo está permitido.
"La palabra fidelidad, escribe Alain Badiou, remite con claridad a la relación amorosa, pero yo diría que es más bien la relación amorosa la que remite, en el punto más sensible de la experiencia individual, a la dialéctica del ser y del acontecimiento, cuya fidelidad propone un ordenamiento temporal. En efecto, está fuera de duda que el amor, lo que se llama amor, se funda con una intervención y, por lo tanto, con una nominación, en los parajes de un vacío convocado por un encuentro" (3).
El acontecimiento amoroso, tratado como tal por Badiou, tiene sin duda que ver con la "verdad", la "verdad" que plantea un indiscemible, haciendo un agujero en lo cotidiano, en el saber (hacer) cotidiano. Frente a este punto de vacío se requiere la ética, porque en ese momento de ruptura de lo cotidiano que constituye el acontecimiento del encuentro amoroso, los hombres y las mujeres tarnbién pueden aplastar lo que hay de nuevo en este encuentro transformándolo en una "aventura" o, peor todavía, en un casamiento. Desde el principio son infieles, no en el sentido burgués de engañar a su pareja, sino infieles al acontecimiento, a la singularidad del acontecimiento.
Dicen que las cigüeñas son monógamas; en cambio, los gorilas aparentemente no lo son, ¡bagatelas! Ni las cigüeñas ni los gorilas, ni siquiera los hipopótamos pueden hacer de otro modo lo que hacen. Para ellos, la imagen que se impone es la de un ciclista en perfecta armonía con su bicicleta, o la de una horma con su zapato.
En las relaciones amorosas que intentan existir más allá de las leyes de la mercancía, todo queda por construir en un juego arriesgado, juego de fidelidades múltiples. Pero sin duda, como lo dice Luce Irigaray, se trata para la mujer de amarse a sí misma (nosotros diremos ser fiel a sí misma) para poder amar a otras mujeres u hombres. Con agrado incluimos en esta opinión a todos los peces y bicicletas que se lanzan en la aventura amorosa.



Notas:
(1). Alain Badiou, Manifeste pour la philosophie, Le Seuil. Paris, 1989.
(*) Hemos optado por dejar la expresión francesa Vivre d'amour el d'eau fraîche, cuyo equivalente en castellano es Amor, pan y cebolla, debido a las numerosas y precisas referencias que de ella hace el autor a lo largo de este capítulo [N. del T.]
(**) Coup de foudre, cuyo significado en castellano es "amor a primera vista", es también el nombre de un perfume [N. del T.]
(***) Comment déclarer son amour avec un diamant: referencia a una publicidad francesa para la promoción de diamantes [N. del T.1]
(2). Luce Irigaray, Ethique de la différence sexuelle, Ed. de Minuit, Paris, 1984, p.20.
(3). Alain Badiou, L´ Etre et l' Evénement, Seuil, Paris, 1988, p. 257.