miércoles, 27 de octubre de 2010

LOS BELFOS DE LA BESTIA



No soy peronista, nunca lo fui. Desde la adolescencia me interesa la política, toda. La partidaria y toda acción humana que pueda entenderse como acción política. En la adolescencia disfruté la primavera democrática alfonsinista, compré la idea de Alfonsín a través de la revista gente. Luder quemaba cajones de muertos en acto público y Alfonsín aparecía mejor presentado, más prudente. Las dos fotos en el centro de la revista. Increíble.
En mi vida universitaria comienza la decepción alfonsinista, y el romance con la izquierda más dura, no al pago de la deuda, ¡fueras yanquis de panamá!, rezaba un cartel en un acto de repudio frente a la cantina de la facultad de psicología, la consigna era: No al shopping en la escuela de psicología. Me causaba mucha gracia, pensaba que nerviosos deben estar los yanquis con ese cartel y esta tremenda manifestación, unos 25 o 30 alumnos. Luego comienza a asomar la amenaza de lo que sería el gabinete de Menen si llegaba al poder. Página/12 (dirigido por un Lanata que hacía un periodismo de investigación notable, rodeado de las mejores plumas de la intelectualidad democrática) publicaba los vínculos del mismísimo líder de federalismo y liberación bajando a caballo del norte con el liberalismo más acérrimo, y la derecha más conservadora del momento. La pesadilla se hizo realidad, la década del 90 se instaló en un país que comenzaba a respirar democracia, después de los años más crueles de toda su historia.
El menemato era el golpe mortal a cualquier aspiración referida a derechos laborales, crecimiento genuino, la esta/ética neoliberal caló tan hondo en la subjetividad, que hoy seguimos drenando esa putrefacción.
Siempre me interesó la política en todas sus formas, pero en la década del 90 fue tan arrasadora de toda aspiración política que sostuviera como ideal un estado que cumpliera su función, que en mi memoria política (quizás también mi analfabetismo político) solo hay desolación. Después vinieron años muy extraños, más crueldad y muerte, inestabilidad e incertidumbre. Y Duhalde (El Otro, si el Otro, ese) nos presenta a Kirchner como opción al menemismo. ¿Como iba a confiar? Pero era la alternativa al poder de Menen.
Desde el primer día, en que asumió, su modo, su estilo. Las propuestas de su plataforma encienden la esperanza de que quizás se recuperara de alguna manera las funciones esenciales del estado y la política. Desde el mismo momento de la asunción, volví a pensar en términos políticos, no sé como decir esto. Volví a tener esperanza en la reconstrucción de los espacios públicos para la discusión política. En principio temía que fuera una cuestión de estética, de iconografía. La desconfianza mandaba.
Pero desde el preciso momento que se puso en marcha esa tan cuestionada construcción del poder kirchnerista, empezaba a disfrutar de un fenómeno inédito en mi vida democrática. Había vuelto la política, la discusión política se instalaba de nuevo, luego de más de una década de instalar la idea de que lo político es algo ominoso.
Hoy tengo más o menos contados más de 20 motivos en los distintos ámbitos de la vida social, que fundamentan mi apoyo a este modelo de país. Fundamentalmente en la figura de quién siguiera el proyecto de Néstor Kirchner, Cristina F. de Kirchner. Superó ampliamente mis prejuicios y expectativas, nunca presencié ni leí, que un presidente haya sido tan ferozmente atacado, que haya tenido que soportar tantas embestidas por el poder de los intereses del mercado/ mediático/ eclesiástico/ patronal-rural/ conservador. Ese poder concentrado que tuvo que ceder sus privilegios a un estado en recuperación. Y por sobre todas las cosas, la representante de ese estado es mujer. Con una potencia asombrosa y admirable.
Esos más de 20 motivos son logros (a mi modo de comprender una nación para todos) a nivel de la ciencia, con el programa raíces por ejemplo. Y la recuperación del conicet. Hasta hace muy pocos años, un ministro de economía mandaba a lavar los platos a los científicos argentinos, hoy se los recupera. Y así en el ámbito de la cultura, de la economía, la posición tomada en distintos aspectos de la política internacional. El la salud. En educación todavía no lograron mi apoyo sigo siendo crítico. En las distintas políticas de estado puestas en práctica que estaban delineadas en la plataforma electoral, Ley de medios por ejemplo, otro asunto inédito en el país. La recomposición de la corte suprema de justicia, a quién ninguna persona con un coeficiente intelectual mayor de la media no puede no reconocer que se ha jerarquizado y que no depende del poder ejecutivo.
En esos motivos por supuesto se encuentran los más visibles, la asignación universal por hijo, la recuperación de los fondos para jubilaciones que permitió jubilaciones de cientos de personas sin esperanza. El matrimonio igualitario con toda otra serie de políticas inclusivas. Con respecto a los derechos humanos, han sido capaces de seguir juzgando a los genocidas y haber derogado las leyes de punto final y obediencia debida. Es uno de los aspectos más criticados por aquellos militantes de izquierda que quedaron a la derecha. Se apropiaron de eso, dicen. Si. Claro. Hay que apropiarse y llevar adelante esa lucha interminable. De eso hay que aprender de las mujeres, de esas mujeres que empezaron a circular en la plaza de mayo en el medio del horror, con la peor tragedia. También eso hoy genera odio en cierta clase media.
Este proceso comenzado por Néstor Kirchner tiene muchos aspectos cuestionables en los modos de construcción de poder. Habría que ver que otros modos son apropiados para enfrentarse a las estructuras más conservadoras que siempre hicieron lo que sus intereses mandaban, me refiero a la sociedad rural y no al campo-todo argentino. Al poder de la iglesia, esa que hace pocos años atrás bendecía a las personas que iban a ser arrojadas vivas desde un avión al mar. Y al poder del mercado con su brazo armado; los medios de comunicación. El Kirchnerismo tiene enormes deudas con la sociedad, la muerte del militante del partido obrero es una oportunidad para empezar a esclarecer las mafias que subsisten enquistadas en las distintas estructuras de poder. Eso no me gustó nunca del peronismo, este movimiento que mete todo en la misma bolsa.
Comencé esta nota de despedida diciendo que no fui ni soy ahora peronista, nunca milité en ninguna agrupación partidaria, y siempre participé de distintas maneras en la vida política de este país.
Tengo más de 20 razones para apoyar a este proyecto que lleva adelante CFK, hoy tiene un nuevo desafío, el más duro, seguir adelante contra toda esta tradición machista, retrógrada que ya están diciendo pobre mujer, se le fue el sostén político. Hoy no han faltando mercenarios que la compararon con Isabel Perón, ¿se puede ser tan cruel? Los más jóvenes pueden ir a las fotos de archivos y ver quién estaba con Isabel Perón cuando murió Perón. Estaba rodeada de militares, de López Rega, de obispos y cardenales, por supuesto. Una mujer inútil y sin poder. ¿Hay algo más lejanamente saludable a eso que CFK?
Una vez Juan José Saer escribía que la estética Kitsch, no era graciosa. Se refería a los gestos patrióticos vacíos de los 90. Ponía a ciertas poses de Bush y del menemismo como ejemplo. Escribía “los mismos que hoy en día quieren terminar de una vez por todas con el estado, sienten su corazón latir mas fuerte cuando oyen el himno nacional”(1). Puede ser risible, pero en un mundo diferente, decía Saer, en el nuestro suele terminar en masacre.
Recién un amigo me cuenta, que una censista le dijo que en un departamento estaban en el hall brindando con champagne, mientras leo ese comentario, se escucha en el televisor la voz de Bergoglio en una misa por Kirchner. En las redes sociales aparecen comentarios irónicos, chistes y ciertos modos de festejo. Las acciones de Wall Street. Otro twitt reza; Nick Chamie, RBC Capital Markets declara que acciones Clarín tuvieron alza en Bolsa N.York "como resultado" muerte Néstor Kirchner.
Cuando esas señales comienzan a manifestarse, hay que estar muy atentos, porque como escribía Saer; “empiezan a insinuarse, impacientes y ávidos, los belfos de bestia.” (2)
También son permanentes y conmovedoras las manifestaciones de apoyo a CFK, entre ellas, la mía. Pero cuando leo las manifestaciones de odio, no dejo de intuir, solo intuir lo que fue aquel peronismo que solo he leído. Hoy palpo ese odio invencible. Esa es la señal que me indica que este tipo que recuperó mi ganas políticas, que comenzó este proceso en aquel momento extraño del 2003, Me puso de este lado. Del lado de los que hoy tenemos algo que perder. Los que hoy estamos de duelo.

Hoy todo es triste.


27 de Octubre de 2010.


(1)Juan José Saer. El kitsch gubernamental. Trabajos. Ed. Seix Barral. Pag 139.
(2) idem. Pag. 141.

lunes, 25 de octubre de 2010

“El análisis es aprender a leer en la confusión”

ENTREVISTA A JEAN MICHEL VAPPEREAU

Por Sergio Kisielewsky
Publicado en Página/12 25/10/2010


–¿En qué momento conoció a Lacan?

–Encontré a Lacan gracias a un profesor de filosofía, también matemático, que se llama Desanti, en el Departamento de Etnología en la Universidad de París VII. Pasando por los pasillos para tomar el ascensor vi, en un afiche, que Desanti daba un curso, y fui durante cinco años a su Seminario todas las semanas. El estaba muy contento de ver matemáticos porque él era filósofo y alumno de Gaston Bachelard. Había hecho una tesis que se llamaba “Las idealidades matemáticas”. Lacan asistió al sostenimiento de la tesis. Yo tenía 21 años y hacía estudios de matemáticas. Trabajé muy bien en el Seminario de Desanti, hice exposiciones, me interesaba en la física, pero mi profesor me dijo que para hacer física debía hacer estudios de matemáticas.

–También le gustaba la música.

–Tocaba jazz, me gustaba mucho en esa época grabar los conciertos de jazz, me gustaba la música concreta, la música electrónica. Era muy estudioso y estaba preocupado por muchas cuestiones y aún no sabía la importancia de las matemáticas. Tenía idea pero había cosas que no comprendía, muchas, y que comprendí mas tarde. Por eso fui al seminario de Desanti, porque él había hecho su tesis y la historia de una teoría matemática. Había dejado el Partido Comunista y se había interesado por la dialéctica histórica. Fue un personaje muy importante de la Resistencia y del Partido. Era alguien formidable y después de dos años él estaba sorprendido de que yo continuara asistiendo al seminario. Sabía dirigir a estudiantes de filosofía, él había hecho su tesis muy tarde, a los 55 años, como Althusser, que la hizo un poco después. Su mujer, Dominique Desanti, es una mujer famosa, es escritora, habían organizado el Seminario en Etnología.

–¿Qué estudia la etnología?

–Estudia a los pueblos en un grado cero de la historia. Que no tienen escritura propia pero que practican los mitos como forma de recuerdo, eso es lo que demostró Lévi-Strauss y me convertí en un gran lector de Lévi-Strauss y otros autores y otros etnólogos que estudian siempre la lengua.

–Se iba acercando a un pensamiento abstracto.

–No es abstracto, es un material de palabra y de escritura. Buscaba comprender qué eran las matemáticas, por qué son importantes en nuestra civilización, cómo funcionan. Al cabo de dos años no sabía muy bien qué hacer conmigo, entonces quiso la suerte que Lacan iba todos los días por las mañanas a la casa de Desanti y le tocaba la puerta para hacerle preguntas sobre su tesis. Un día me dijo: “Mire, yo tengo todos los días al Dr. Lacan que asedia mi casa” y como yo había empezado a leerlo gracias a los alumnos de la Universidad de Nanterre, mi novia de esa época me había dado un libro de Wilhelm Reich donde dice que Freud se equivoca: “No hay instinto de muerte”, y como yo era un joven obsesivo, curioso, me planteaba la pregunta sobre la muerte, el suicidio, sobre qué era eso. Entonces leí el libro de Freud Más allá del principio de placer y estaba sorprendido porque consideraba al psicoanálisis como una fantasía, como algo extravagante. Leí cómo Freud hacía un razonamiento coherente. El decía que el sueño es la realización de un deseo, pero hay sueños de angustia que se llaman pesadillas, Freud va a refutar su propia teoría, es un muy buen lógico, y Lacan es el más grande lógico del siglo XX. Hablo de estos temas con mis amigos y ellos me dicen que eso que leí de la refutación de la teoría de los sueños y el descubrimiento de Freud de la repetición es lo que Lacan comenzó a estudiar desde el inicio de sus seminarios. Entonces empecé a leer a Lacan y no entendía nada. Lo leía y sabía que ahí se encontraban las cosas que me interesaban y me importaban.

–¿A pesar de su hermetismo?

–Sabía que estaban ahí, pero era necesario un desvío hasta lograr comprender. Tenía cosas que aprender.

–¿No pensaba dedicarse al psicoanálisis?

–A veces en el seminario de Desanti hablaba de mis lecturas de Lacan. En esa época estudié a Chomsky, el lingüista, con una amiga. Yo le enseñaba lógica y ella lingüística. Todo eso era muy cercano a Lacan pero aún yo no lo conocía entonces. Desanti de golpe me dice que Lacan iba todos los días a su casa y le planteaba un montón de preguntas y como en esa época yo tenía una buena cultura general en matemáticas Desanti me dijo: “Usted podría contestar perfectamente a las preguntas de Lacan. ¿Me permite que yo le dé su número de teléfono?”. El esperaba liberarse de Lacan. Yo estaba maravillado. Sobre todo porque mi novia, la que me había hecho leer a Reich, me había dejado. Estaba en estado de descomposición física, económica y social completa. Quería responder a algunas preguntas fundamentales y estaba muy mal, mi abuelo se murió, me instalé en la casa de mi abuela porque el departamento estaba casi vacío y en ese momento Lacan me llamó por teléfono. Mi abuela me dice: “Es la secretaria de un señor Lacan, dice que te quiere hablar”. Yo estaba muy contento, mi abuela no entendía nada. Agarro el teléfono y Lacan empieza a hablarme con esa voz muy dulce, muy suave, baja y me dice: “¿Usted puede venir a verme?” Me da su dirección y me explica que tengo que tocar el timbre en la calle, luego entrar al patio, que en el fondo hay una escalera... se detiene y empieza a pensar porque no logra explicarme dónde estaba su departamento, buscaba una palabra, usted tome la primera... y luego un silencio y tome la primera vuelta de la escalera. A mí me encantó eso porque me encanta buscar la palabra más justa cuando tengo una intuición. Hay varias palabras que se proponen, en fin, es como cuando uno traduce, uno sabe que hay una manera de decirlo mejor, uno busca eso. Así fue como fui por primera vez a la casa de Lacan en la calle Lille.

–¿Cómo fue el encuentro?

–Antes quisiera decirle cómo oí por primera vez el nombre de Lacan. Un día, en un auto, una amiga me habla de un cierto psiquiatra que debe ser loco que se llama Roland Barthes, ella quería hablar de Lacan pero lo confundió con Barthes, lo cual es muy frecuente, y el hecho de decir que Lacan es un poco loco, un poco extravagante, y la paradoja del psiquiatra loco gusta mucho. Pero la persona que me habló de Lacan llamándolo por su nombre y que lo conocía bien es Roland Dumas, que era el abogado de Lacan, y luego fue ministro de Mitterrand. Era a fines de los años ’60, teníamos amigos en común y fuimos con Dumas de vacaciones a escuchar música contemporánea y jazz. Me quería mucho porque hacía matemáticas y me gustaba la música. Dumas me habló muy bien de Lacan. Me contó que Lacan lo llamaba en el ‘68 para caminar juntos por la calle en medio de las manifestaciones. Lacan quería estar en París cuando había disturbios, problemas. La primera vez que lo vi la secretaria me abre la puerta, me hace pasar a la sala de espera donde había dos personas. Una estaba muy nerviosa, se paraba y se sentaba todo el tiempo. Esperé y al cabo de un momento noto que la puerta se abre un poco y aparece de golpe la cabeza de Lacan para mirar. Luego la retira y se va. Luego viene a buscarme a la sala de espera y me dice: “Vamos a almorzar”. Nos sentamos enfrente de su consultorio y comenzó a hacerme preguntas, me hizo pasar un examen. Me preguntó qué es un cuerpo arquimediano, que es el cuerpo de los números reales, y como yo era bastante joven e impertinente y había una disputa en París en 1971 entre epistemología genética y el estructuralismo, le pregunté a Lacan: “¿Qué piensa usted de la epistemología genética?”. Que era Piaget y toda la gente que escribía en contra del estructuralismo. Lacan se endereza, pone su mano en la cadera y me dice: “No es mi tipo la epistemología genética”. Eso es todo. Era divertido. Había chicas que publicitaban cigarrillos americanos. Yo fumaba una pipa, Lacan fumaba cigarros, pero era muy amable con las chicas, muy sonriente, muy seductor. Así empecé a ver a Lacan una o dos veces por mes y pasábamos horas a la mañana o a la noche en su consultorio o en el comedor, había una mesa que estaba contra la ventana.

–¿Por qué el interés de Lacan por las matemáticas, por la búsqueda de esa palabra?

–Las matemáticas son algo importante en el mundo científico desde Galileo, la ciencia es matemáticas, el gran libro del mundo se escribe con triángulos, rectas y círculos. Desde Newton y después Descartes. Lacan se interesó en las matemáticas porque todos los profesores que conocí de Letras, de Filosofía, o de Historia, los intelectuales, se interesan tanto en la literatura como en las matemáticas. Las matemáticas van a interesarse en Lacan porque fue en Lacan donde leí el enunciado más esclarecedor sobre las matemáticas. Había empezado a tener esta idea con Frege, que es un lógico alemán que quería hacer una ideografía, un sistema de escritura para acompañar el razonamiento aritmético, y Frege dice: “No se descubre la demostración de un teorema de la misma manera que después se presenta la demostración del teorema”. Es decir, cuando uno quiere explicar, demostrar un teorema, no tiene nada que ver con contar cómo uno lo descubrió. Descubrir es una aventura y cuando uno lo encontró hay que cambiar la presentación. Gracias a Frege pude comprender qué eran los números complejos, los números imaginarios. Qué es lo que Lacan dice en un seminario que es el Libro dos que trata sobre el “yo” en la teoría de Freud. Al comienzo de una lección Lacan dice esta cosa extraordinaria: “Las matemáticas no son una cuestión de potencia del pensamiento, se trata solamente de introducir una buena letra, bien construida, en el buen lugar y es así como progresan las matemáticas”.

–¿De eso se trata el psicoanálisis?

–El analizante no es un matemático, pero debe ser el mismo tipo de actividad con las palabras así como con las letras. Entonces se busca una palabra, se busca una letra mejor, entonces es eso el análisis, el analizante está más cerca del matemático que busca resolver un teorema, para demostrarlo, pero no es una cuestión de gran cabeza, es mejor tener una gran cultura, ser curioso de todos los dominios, por eso yo no comprendo a la gente que dice que no hay que hacer matemáticas en el psicoanálisis, que el psicoanálisis es una psicología me indigna. Al año siguiente, en julio del ’72, empecé mi análisis con Lacan.

–¿Le pidió entrar en análisis?

–Sí y en menos de un año estaba en una transferencia que estaba pegado al techo. La transferencia es lo que define al psicoanálisis. ¿Por qué se le dice a un paciente que hable? Freud no era para nada libertario ni anarquista ni lo era Lacan, no se exige en el psicoanálisis ningún reglamento, ninguna vigilancia, ninguna evaluación, porque se quiere una libertad de palabra absoluta sin coerciones. ¿Por qué? Porque el sujeto va a chocar con una situación en que no puede hablar y es eso lo que se espera. La transferencia es el hecho de que no se puede decir todo, cuando deviene urgente decir algo y uno no lo dice, uno empieza a hacer un montón de cosas excéntricas, se hacen cosas en lugar de las palabras. Se le pide que hable para esperar a cuando él se calle. En el psicoanálisis lo más importante es el silencio, lo que no se puede decir. No es como dicen los curas o los psicólogos, que la palabra tendría una sustancia mágica que a uno le permitiría liberarse o aliviarse como si uno estuviera constipado. Allí donde hay silencio uno sabe que hay granos que moler. El análisis es aprender a leer en la confusión. Yo estaba en esa situación, después de la separación de mi novia más la muerte de mi abuelo más el encuentro con Lacan. Yo hablaba con Lacan de matemáticas pero yo quería hablarle de otras cosas y no me daba cuenta. Y alguien me dijo: “Vos estás en plena transferencia”: Le hablé por teléfono a fines de julio de 1972, lo fui a ver y me recibió en su casa, en su dormitorio, y ahí le dije que yo quería hacer con él un análisis y él estaba tan contento y emocionado que se le rompieron los anteojos. Me dijo que volviera en septiembre y me pasé los días de julio y todo agosto en una especie de esquizografía, llené todos unos portafolios con papeles escritos. Estaba apasionado por el trabajo con Lacan.

–¿Qué recuerda de ese vínculo con Lacan?

–Le hablé de las cosas que me preocupaban, pero Lacan se interesaba más que nada en las cosas escritas. Había pasado de una clínica de la palabra a una clínica de lo escrito. Se interesaba en lo que la gente escribía, lo que él podía leer en los papeles.

–¿Así analizaba?

–Leía y cuando en septiembre le dije que tenía unos portafolios con escritos él me dijo: “Tráigamelos en seguida”. En los años que siguieron cada vez que le decía que había escrito algo sobre la memoria, sobre el olvido, sobre el recuerdo, él me decía: “Tráigamelo”. Estaba todo el tiempo muy preocupado por las palabras, en su consultorio parecía aburrirse tanto con tanta gente que iba a verlo que pasaba el tiempo haciendo bromas o chistes privados, como el primer día que fui, que asomó la cabeza para mirarme. Era un pícaro magnífico, celestial. El caminaba con los mocasines sobre la alfombra sin hacer ruido y empujaba la puerta, pasaba su cabeza y su brazo, y toda la gente en la sala de espera se sobresaltaba.

–No era un hombre serio...

–No se tomaba en serio y no estaba loco. En lugar de creerse Lacan él era alguien lúcido, estaba muy al tanto de las cosas cotidianas, leía el diario, había mucha gente alrededor de él, tenía familia. A mí me hacía las preguntas, cómo vivía, dónde vivía, cómo ganaba el dinero para vivir. En ese entonces había dejado la casa de mi abuela y vivía en una casa ocupada y vivía gracias a clases de matemáticas. Era alguien extremadamente atento, generoso y muy preocupado por el psicoanálisis y su práctica. El es el psicoanálisis, Lacan y Freud son analizantes.

–¿Buscaba dónde la persona sufre?

–Lacan sabía que él jugaba un papel para los otros y que alguien se analiza con un analista, es una función. En Kant hay objetos que llegan a la intuición por la sensibilidad, son objetos fenomenológicos, y qué es lo que hace el entendimiento con esos objetos, siempre según la filosofía clásica, el entendimiento va a conceptualizar los objetos, en Kant es la silogística de Aristóteles lo que hace a la conceptualización y la clasificación. Hay algo que Kant olvidó y es que mi sensibilidad me provee también objetos que están acá, letras que forman palabras, uno no conceptualiza, uno lee y ¿qué es leer? Nadie sabe qué es. Freud abrió el camino sobre qué es escribir, qué es hablar. Todo lo que sabemos es que el que quiere escribir o quiere hablar va a encontrar tensiones enormes. Quiero comenzar a trabajar, comienzo, trabajo, voy a terminar, termino, todo eso se llama el aspecto del verbo.

–La acción.

–Es la posición del sujeto en el tiempo de la acción y es mucho más difícil hablar o escribir y leer que manejar el control remoto para encender la televisión. Lo que uno no puede decir puede comenzar a escribirlo. Podemos encontrar lugares donde uno no puede escribir. A eso Lacan llama “lo real”.

–¿Cuál era vínculo entre Lacan y la literatura?

–Freud ya era un gran lector, Lacan comentó mucho el teatro, fue un gran lector de la Poética de Aristóteles, la comedia y la tragedia. Era alguien muy lúcido. Einstein creyó que el psicoanálisis tenía que ver con la responsabilidad del científico y ese es otro ejemplo que permite comprender a Lacan. En la actualidad el psicoanálisis devino en una psicoterapia sectaria y mística, Lacan luchó contra eso. Explica hasta dónde la palabra llega con el psicoanálisis, hay una implicación del cuerpo en el lenguaje y la palabra, es un lugar donde hay intuición. Allí el psicoanálisis se detiene y comienza la poesía. Lacan estudió una obra de Joyce que es autobiográfica, Retrato de un artista adolescente, pero no analiza a Joyce, no mezcla las zonas de trabajo. Lacan no quiso hacer un seminario sobre el padre porque él dice que no le quiere dar su doctrina sobre el padre a los psicoanalistas actuales. Pero en la obra de Lacan hay todas las indicaciones para poder leer sobre lo que Lacan quiso decir sobre el nombre del padre. A las cosas hay que ir a buscarlas y eso va a depender de varias generaciones.

–Lacan, en una muestra de gratitud hacia usted, le obsequia sus dibujos. ¿Cómo fue que ocurrió?

–En su último año del seminario Lacan tomó todos los dibujos y los papeles de cálculo que tenía en su casa, había cosas que le habían dado y cosas que escribía, iba a su casa de campo, agarraba los papeles que estaban en el piso en su consultorio, los ponía en su portafolios y se iba en auto con sus documentos y después que me hizo hablar en su seminario me dijo: “¿Cuándo puedo ir a su casa?”. Yo estaba sorprendido. Esto fue un viernes y el lunes vino con su jardinero, que se llamaba Jesús, un hombre de familia española. Si había un problema en la casa se decía: “Hay que preguntarle a Jesús, porque Jesús se ocupaba de todo” (risas). Lacan entró con una valija miró el living, fue hasta la cocina, volvió, abrió la valija y la vació en el piso sobre la alfombra en el medio del living. Pasé varios días clasificando esos papeles, los seleccioné, compré carpetas de cartón en función de los temas, guardé todo muy bien y lo sigo teniendo. Después fui a verlo para decirle qué había encontrado en esa masa de papeles.

–¿Cómo vio Lacan el Mayo francés?

–Quería hacerse una Reforma en la Universidad. Existe el mercado del trabajo desde el ascenso del capitalismo, quiere hacerse una universidad americana paga y Lacan dice que no hay que hacer un mercado del saber. Porque el trabajo y el saber producen plusvalía pero el saber es gratuito, llega al cuerpo. El saber no es penoso y los universitarios están listos a precipitarse a ese mercado del saber. Incluso en la época medieval era así.

–¿Piensa que hubo un reconocimiento académico a Lacan o Francia quedó en deuda con él?

–Lacan no quiso el reconocimiento, le habían propuesto que hiciera los trámites para poder entrar a la Academia Francesa de Letras y él rehusó. Francia es incrédula y trata a Lacan como si fuera sospechoso. No hay una deuda respecto de Lacan, hay una duda, no se comprende el interés por Lacan.

martes, 19 de octubre de 2010

La Presidente y el Twitter




¿Por qué molesta que la presidente use Twitter como otro modo más de comunicación?
Se reconoce a un reaccionario porque reacciona inmediatamente ante los cambios. La toma de posición es inmediata y casi siempre en contra de alguna novedad que no comprende, que no domina, pronosticando el fin de los tiempos de algo mejor y el advenimiento caótico de algo peor. Siempre con la nostalgia como argumento principal.

No es necesario hacer un repaso por cada descubrimiento que incidió en la vida cotidiana a lo largo de la historia, para comprobar que la vida no se volvió caótica, que el fin de los tiempos no termina de llegar. Solo con mencionar internet como botón de muestra alcanza. Resulta que ya casi no quedan personas que no usen la red para algo. Ellos mismos (los que reaccionaron en su momento) dependen de ella en la mayoría de los casos. Salvo comunidades específicas que no reniegan de ello.
De ese tenor fueron y son las críticas en su gran mayoría (como siempre, con honrosas excepciones) a la presidente cuando comenzó a usar la red social twitter como otro modo de comunicarse directamente con sus seguidores. (Así se denomina a quienes recibimos sus tweets).

Ahora los presidentes usan las redes sociales para comunicar. ¡Sacrilegio! ¡No es para todos!, arguyen los más retrógrados. Pero también resulta que cuando usa la cadena nacional, hace abuso de ella. Nunca un presidente uso tanto la cadena nacional. Si realiza actos públicos interrumpe el tránsito. En sus discursos públicos y privados, jamás leyó, cosa rara en otros presidentes, salvo Alfonsín a quién nadie puede negar la condición de orador que poseía. Si hace algún chiste, es vulgar y soberbia, cuando se dirige con firmeza sobre algún aspecto de política de estado, dependiendo a los intereses que afecte, será cuestionada por provocar odio y dividir el país.

Ahora usa twitter. Muchísimos de los que la critican tienen muy poca idea que
significa twitter y las redes sociales en Gral. Y muchos que tienen noción, la siguen para enterarse qué comunica. La presidente en twitter se expresa directamente sin filtros de ninguna editorial. Por supuesto como tantos políticos de toda orientación. Quizás eso en gran medida moleste a los grandes medios. Se expresa, comunica en tiempo real con tweets de 140 caracteres. ¿Qué tiene de erróneo eso en la política comunicacional de un jefe de estado? Desde Obama a Chávez, como tantos otros lo hacen. Y Muchísimos otros no. ¿Y, cuál es el problema?

Es para pocos cuestionan unos pocos. Hoy tiene 145 mil seguidores. Muchísimo más que los lectores de muchísimos diarios. Más aún que oyentes de algunos programas de radio, etc. Pero qué importancia tiene eso finalmente. Si cualquier persona, por ej. Puede abrir su propia cuenta de twitter, facebook, o cualquier red social que le guste, o tener su propio blog y escribir ahí lo que se le venga la real gana y tiene enormes posibilidades de ser leído y discutido.

Se he dicho que no todos los argentinos tienen computadoras y conexión a internet. No hace falta leer a Lacan para saber que siempre es no-todo en todos los aspectos del lazo social. Pero resulta que cuando incorporan notebook a las escuelas públicas también está mal. Es demagogia, hace falta muchas otras cosas antes, dicen. Ese tipo de argumentos son de estructura binaria, o una cosa “o” la otra, el “y” no es posible en ese tipo de razonamientos. Ahora proponen con el plan argentina conectada banda ancha para todo el país, habría que ver qué clase de críticas vamos a leer en la oposición a ese proyecto.

No hay ninguna duda que las nuevas tecnologías de la comunicación cambian los modos de vinculación en el tejido social al punto de favorecer nuevos modos de subjetivación. Aunque tristemente todavía se escuchan docentes con frases típicas como, “la tecnología no es mi fuerte”, ¡no es necesario que lo sea!, para que ese docente transmita con pasión o profesión el deseo de conocer. El docente no transmite “su saber”, él es el medio entre los códigos de la cultura que habita y el niño que desea conocer.

En el fondo siempre aparece un elemento a veces de modo solapado, otras más obsceno, y tiene que ver quizás, con que otros gocen distinto a mí. No tolerar el goce del otro conlleva una idea de justicia bastante ominosa: que el otro no tenga lo que a mí me falta. Siempre la idea de todos, va en contra de determinados intereses. El estado es la representación de todos los ciudadanos, no solo de peronistas, (esto es lo que más me molesta de este gobierno) radicales, liberales, o de cualquier partido organizado. Todos significa todos con vidas distintas a la mía. Con formas de vivir, pensar y gozar diferente a la mía. Todos también incluye a aquellos que hacen cosas que no entiendo ni comparto. Lo único que nos iguala en una sociedad civilizada, de derecho y democrática es la igualdad ante la ley. Fuera de eso, somos todos distintos. Nadie está obligado a usar twitter, nadie obliga a nadie a usar ciertas tecnologías de la comunicación. Nadie obliga (creo) en su vida íntima a usar un ordenador del formato que sea. Cada quién puede leer el diario que quiere, o puede. Escuchar y ver el medio por el cual “cree” que es informado.

Conocemos personas que todavía usan máquinas de escribir felizmente, Woody Allen por ejemplo, escribe sus guiones en máquinas de escribir, a mi gusto, no le salen del todo mal. Entonces ¿por qué no podemos comunicarnos del modo que a cada quién le resulte más cómodo, práctico o beneficioso? ¿Por qué un jefe de estado no puede acudir a las tecnologías de las comunicaciones como cualquier ciudadano? Ya sabemos, el reaccionario reacciona por lo que sea que no comprende, le lleva más tiempo que al resto de los mortales, y finalmente accede, y usa eso que critica o criticó, como corresponde, a su provecho. ¿O acaso no está llena la red de fundamentalistas contra las tecnologías? Después de años van accediendo, siempre criticando pero accediendo a lo que es inevitable.

Encuestadores de Wonderpanel, realizaron una pequeña encuesta (la noticia no aclara a que se refiere con pequeña) sobre consumidores de twitter en esta parte del mundo. Resulta que solo el 30 % de usuarios de facebook tiene desde hace seis meses, una cuenta de twitter con la misma antigüedad. Los varones prefieren twitter, la diferencia con las mujeres es de 37 % a 20 %. Otra curiosidad es que los más jóvenes prefieren facebook, mientras los mayores de 35 años eligen Twitter. Para esta encuestadora algunas de las conclusiones sobre las características de los consumidores de redes sociales en esta parte del planeta, es que twitter es más divertida que útil, mas masculina y preferida por adultos. Y ahí se metió la presidente, en twitter Cristina es más espontánea, a algunos le resulta divertida a otros soberbia. Es masculina en un sentido, fálica dirían los psicoanalistas, y muchos adultos la prefieren.

Si de noticias de tecnologías de la comunicación y medios tradicionales se trata, el anuncio del diario la Nación de Chile que deja salir en papel, cobra particular interés. Los motivos son obvios y lógicos en la lógica de mercados, el diario cuenta con un promedio de 10 mil lectores en el formato papel, y un millón de entradas en su sitio web y se financia con publicidad. Lo que no implica que se transforme en tendencia sostenida en la región, eso todavía está por verse, es un debate actual.

También los diarios tradicionales se benefician con las tecnologías de la comunicación del mismo modo que a veces salen perjudicadas. Clarín de Argentina por ejemplo, pudo levantar de su sitio digital, la encuesta que no le favorecía a sus intereses editoriales sobre la opinión de sus lectores sobre la el 82 % móvil. Gracias al twitter nos enterábamos en tiempo real los resultados de la misma y de igual modo como era levantada, por supuesto con todo el derecho editorial que le corresponde a una empresa privada de información.

Si algo de importancia tienen las tecnologías de la comunicación, es lograr que sea cada vez más difícil imponer un discurso único. Sea quien sea el poder que tenga esa pretensión de totalidad, pretensión que anida en el ADN de las estructuras del poder.

Ribo
19 de Octubre de 2010