viernes, 9 de mayo de 2014

L0S LIBROS POR LEER




Nassim Taleb-Umberto Eco 


Charlando con un amigo sobre nuestras lecturas, concluimos que es casi imposible no leer más de un libro a la vez. El zapping del lector desordenado. Hay libros para la cama, para el escritorio, para el living, para llevar en el auto, en la mochila o en la cartera de la dama. Y hay libros para ir sumando a la pila que asecha en la mesa de luz. 
Hay innumerables ensayos al respecto, me refiero al ejercicio de leer por placer, curiosidad o goce y la relación con las bibliotecas. Hay una anécdota clásica de Umberto Eco al respecto, en un diálogo que mantiene con jean Claude Carriere que está publicado en el ensayo ¨Nadie acabará con los libros¨ donde el semiólogo relata las respuestas preparadas para los visitantes a su residencia ante la reiterada pregunta:  ¿Usted leyó todos estos los libros?(más de treinta mil en la actualidad según la referencia de Nassim Taleb) o algunas de sus variantes como por ejemplo, ¿Cuántos de estos libros usted leyó? Las diversas respuestas que Eco tiene para tal ocasión las pueden encontrar en dicho ensayo obviamente. Lo más rico de las reflexiones del notable intelectual italiano están referidas a la parte no leída de la biblioteca, o de como tenemos referencias de libros que no hemos leído y mejor aún de como tenemos referencias de autores que no existen.

Sobre esta idea de Eco,  Nassim Taleb, profesor universitario matemático investigador de las reglas y la lógica de la incertidumbre, cita estas reflexiones y llama antibiblioteca a la parte de la biblioteca no leída, ese sector tiene más valor que el lugar (simbólico) de libros leídos y asimilados según este autor, porque los libros leídos ya forman parte de nuestro esquema de conocimiento actual, en cambio en la antibiblioteca podría encontrarse libros que argumenten de tal modo que cuestionen nuestra posición, nuestro conocimiento y certidumbres y lo hagan tambalear o mejor aún modificar, crecer, torcer, moverse en definitiva. En este sentido los libros por leer se transforman en lo nuevo, desconocido, en consecuencia, mientras más conocemos, más libros sin leer tendremos, este es el razonamiento de Nassim Taleb en su ensayo, ¨El Cisne Negro¨.  



Nassim Taleb-Umberto Eco 
Del cruce de la conversación con mi amigo sobre las múltiples lecturas simultáneas y los libros que se nos escapan de nuestras posibilidades,  y la lectura de estos ensayos hice un sencillo ejercicio sobre mi biblioteca, ejercicio que invito a realizar a cualquier lector, aunque reconozco que no sé con qué objetivo, quizás para aquél curioso que nunca encuentra el tiempo suficiente (como le sucede a cualquier lector) pueda advertir que no quedan muchas alternativas más que relajarse y concentrar su pulsión epistemofílica en apuntar bien a lo hora de emprender la aventura de abrir un libro y abandonarlo sin culpa, si el vínculo lector-libro no se establece lo suficiente como para maldecir cada interrupción y para saltar inmediatamente a otro si el que tiene en sus manos no retiene sus sentidos.
Recorrer los libros de una biblioteca personal es una experiencia que puede resultar intensa, si se tiene en cuenta que muchos, no-todos, los libros que allí se encuentran contienen la materia prima que alimenta o ayudó a conformar en gran medida nuestra mirada del mundo. También están aquellos textos que nos avergüenzan, que  desconocemos o descreemos que en algún momento le hayamos dedicado tiempo y fe. Un ex amigo poeta una vez me dijo que una excelente biblioteca hoy se puede constituir con 50 libros. Creo que la vida de un lector es ir en la búsqueda de esos 50 libros.

Ejercicio personal 
Supongamos que para leer alrededor de 600 libros que quisiera leer que están en mi poder o a mí alcance, es decir, libros que me faltan por leer y que deseo, (arrastro un atraso importantísimo como se verá) leyendo a un promedio de 20 pág. por día durante al menos 360 días al año, (promedio más que optimista) tomando como referencia libros de 250 pág. promedio,  me llevaría unos 20 años de lectura.

Derivaciones

1) Vivir ese tiempo  y poder seguir leyendo es una hipótesis extremadamente optimista.
2) No creo poder alcanzar a leer a ese ritmo solo los textos por puro placer y curiosidad, porque debo descontar la lectura por trabajo, obligación, investigación etc.
3) Solo tengo en cuenta los libros en mi poder y a mi alcance, hay que restarle los que se vendrán, comprando, o bajando (gratis si se puede) al E-reader. 
4) A partir de este conocimiento se inicia la efectuación de un duelo, todo lo que no voy a leer.
5) Contra el sentido común, leer no es acumular conocimiento sino una práctica de pérdida. Cada elección de un libro es la pérdida de muchos que quedarán sin leer, formarán parte de la antibiblioteca.
6) Cada nuevo libro es una puerta a otras puertas. 
7) Según la lógica de Nassim Taleb apoyado en las reflexiones de Umberto Eco lo mejor que nos puede suceder como lectores sería acumular textos que no serán leídos que valgan la pena y que hablen bien de nuestro desconocimiento. 
8) Leer para ignorar cada vez más.  
9) Según la lógica de Taleb, Umberto Eco es muchísimas veces más ignorante que yo. 

lunes, 5 de mayo de 2014

ELLA. Otra vuelta del Pez en bicicleta

      
                                                                                               









                                                   late, late, late… aunque nunca encuentre un cuerpo que la habite…
                                                                                                                                  L.A.Spinetta. preso ventanilla.
                                                                                                                                                      
                                                                                                                                                
                                                                                                    Uno siempre se enamora de un fantasma. 
                                                                                                                                                          Sigmund Freud


La película Ella, (Her) de Spike Jonze, es una magistral historia de amor.

Theodore padece esa relación como cualquier víctima del amor, ese vínculo que en  principio es tan singular pero que de a poco revela todos los condimentos del malentendido amoroso.

No es posible realizar un análisis binario virtual/real en ningún aspecto de la historia y muchos menos desde un reduccionismo psicoanalítico que solo abordaría la cuestión a través de la fascinación de la voz como objeto. Creo que la historia de este film ofrece bastante más elementos de análisis.

Theodore se enamora de ella, además del fetiche, de la idealización que se efectúa (no puede haber enamoramiento sin idealización) se produce el enamoramiento, al menos el de Theodore como erastés, a medida que progresa la fascinación no solo por su voz, sino además, por lo que él cree que ella es y el lugar que viene a ocupar en su vida, en ese momento de duelo por su ex esposa.   

En el momento del enamoramiento el protagonista no escucha, no advierte o no quiere saber lo que sabe, es decir, que ella es singular, pero no exclusiva. El malentendido a la orden del día.

El director, Spike Jonze, dijo: ¨…esta película habla sobre la relación con la tecnología, sobre el deseo y la necesidad de tener una relación íntima y las cosas que se interponen todo el tiempo en el camino…¨ (1) ¿Qué cosas se interponen? Todas aquellas que hacen al malentendido estructural de cualquier relación amorosa.   
  
La película muestra un futuro muy cercano con gadgets más sofisticados de lo que hoy ya existen con soportes más rudimentarios pero que cumplen exactamente la misma función, no se observa ningún adelanto tecnológico que cumpla una nueva función de lo que hoy tenemos en el mercado, solo que de manera más tosca, en el film se ven objetos más adaptados ergonómicamente y no existen cables, es decir, hacia donde se dirige todo adelanto tecnológico en lo que a comunicaciones se refiere. 

En la escena donde una chica anónima intenta poner cuerpo a la voz de Samantha, es otra manera de la fantasía necesaria para que el acto sexual acontezca. En el caso particular de ésta película, la tercera en cuestión le pone el cuerpo a las fantasías, al menos lo intenta. Theodore no puede. Dice que no es ella. Parafraseando la canción de Spinetta no es ese el cuerpo que habita la voz de Samantha,  ¿A caso en nuestra realidad no existen actos sexuales mediatizados por fantasías? ¿No es esa la condición por excelencias de los actos sexuales humanos, justamente aquello que nos diferencia de nuestros parientes los animales?
El sexo y el amor no solo no van necesariamente de la mano, sino por el contrario cuando sucede aparece como acontecimiento.  

Theodore se desenamora cuando se entera que ella no es lo que esperaba, cuando en realidad siempre supo lo que ella era. Cegado por el amor, necesariamente idealizado, creyó en el tiempo de su enamoramiento en el ideal amoroso de completud, el protagonista en ningún momento se le ocurre preguntarle en el comienzo de la relación si ella era exclusiva de él. Una vez más cuando todo parecía indicar que Theodore encontraba el objeto de su falta a su medida, entra en escena el malentendido. Los negadores de la falta como reza el popular grafitti feminista francés: ¨Una mujer sin un hombre es como un pez sin bicicleta¨ hace referencia a un ideal de completud.
 ¨las moscas van con las moscas, el gallo con las gallinas, el vecino con la vecina…el amor tiene más que ver con un pez muy original al que le gusta una bicicleta y con una bicicleta que sueña vivir con un pez¨(2) 
El acontecimiento amoroso hace posible que un pez se enamore de una bicicleta y que a veces funcione.
¿Quién se atreve a cuestionarle lo verdadero de su amor a Theodore?   
El arte sigue mostrando el camino, como en esta exquisita película, que la apuesta amorosa insiste contra todo ideal de completud y armonía. 

(1)    Entrevista a Spike Jonze, revista Los Inrockuptibles 189. Pág, 44


(2)    M. Benasayag. E. Charlton. Crítica de la felicidad. Pág 100 ed. Nueva visión. Año 1989.  

lunes, 7 de abril de 2014

TRUE DETECTIVE, O EL DUELO DE RUST COHLE





De cada virtud de esta serie se podría hacer un seminario, un foro, de las referencias literarias, filosóficas, de los logros técnicos, actorales (se hace complicado pensar este producto sin Matthew McConaughey) de la música, del guión (que fue escrito íntegramente por su autor, Nic Pizzolatto) de la estructura narrativa, de la edición, de la fotografía etc. Yo me atrevo a desvariar desde una perspectiva de análisis que vincula el desarrollo de la historia como la efectuación de un duelo, el duelo de Rust Cohle. 

La serie comienza como toda historia de detectives, con un asesinato y el proceso de investigación. Lo interesante de TRUE DETECTIVE es que a medida que la historia progresa, la investigación del crimen puede permanecer en segundo plano mientras va cobrando protagonismo la vida de los dos protagonistas. Marty representa al sentido común más pragmático que pueda esgrimir un tipo medio, policía e investigador americano, Rusth al pensamiento crítico, por llamarlo de algún modo como reverso del sentido común. Son dos maneras de pararse ante la vida, dos modos de ver y entender eso que ilusoriamente se denomina realidad.

Desde el comienzo Rust anuncia que esta de duelo, el día del crimen del que le encomiendan la investigación coincide con el cumpleaños de su única hija fallecida a los 2 años. La posición de éste, una mirada escéptica y oscura sobre la naturaleza humana, (valga el oxímoron) no se modificará a lo largo de toda la historia hasta esa especie de epifanía final, ¿subjetivación de la pérdida?  La perspectiva de Rust interpela todo el tiempo a su compañero de investigación el pragmático y terco Marty Hart (interpretado de manera magistral por Woody Harrelson) y a todo aquello que representa el discurso normalizador del sentido común. Todo aquello que sale de la norma esperable en ese contexto rural cristiano, es visto como sospechoso, mucho más que la desaparición y crímenes de niños y jóvenes prostitutas. Marty es el prototipo del esposo burgués, creyente, buen tipo, recto e incapaz de cuestionar nada más allá de lo que da su nariz, o su pene.

Enfrentados a la zona más oscura de lo humano estos dos detectives mantienen algunos diálogos que son verdaderas perlas para lo que se acostumbra o espera en esta clase de formatos. Hay una escena notable en la carpa de uno de los tantos grupos religiosos que pululan los escenarios de Luisiana en donde  pareciera que solo hay lagunas, prostíbulos e iglesias, siempre en tonos grises de smog industrial, debajo de esa carpa un predicador da su sermón para un grupo de fieles, los detectives observan y discuten sobre lo que están presenciando, es decir, sobre la existencia de dios, el coeficiente intelectual de los devotos, la construcción de sentido, etc.   

Durante el desarrollo de la historia, sabemos poco acerca de la situación o el contexto en que Ruth pierde su hija, solo la menciona un par de veces, y tenemos varias situaciones donde lo vemos marcado por esa muerte que no puede dejar ir. La pérdida de esa parte de sí. Cuando es invitado a cenar a la casa de su colega, llega borracho, no pudo enfrentar la situación de confrontarse justo ese día a una familia con sus hijas sentadas en la mesa fliar.

Rust parece desexualizado, varias veces se le marca esta ¿carencia? Su compañero le dice que le vendría bien una flia, una mujer, tener sexo, etc la mujer de éste le presenta mujeres. Nada. Rust parece no poder salir de su obsesión con esas muertes, miró todas las fotos de cadáveres que pudo, que tuvo acceso en ¨su¨ investigación, la investigación que él llevará adelante arrastrando en esa tarea a Marty y su declive en el que finalmente encontrará algo de sí, lo que parece una pérdida en su lógica, en la lógica de Marty, resultó ser la forma de ocuparse de sí que encontró, no sin pérdidas claro. En este trayecto de su vida podría pensarse que Rust funcionó como su analista.

¨...En la experiencia de duelo, la ¨realidad¨ ya no le sirve de pantalla a algo real...¨(1) Es posible pensar (como alegoría*) que al estar de duelo, Rust puede seguir las pistas del caso más allá de lo que la pantalla de la realidad construida con los signos que esa cultura impone, es decir, no hay pruebas contundentes en ningún lado de las hipótesis de Rust, solo parecen estar en su cabeza a modo de un paranoico, a tal punto que en un momento hasta su compañero, Marty duda. Las autoridades policíales le exigen a Ruth cuerpos, cadáveres, vinculación de acontecimientos,etc. éstas pruebas no están a la vista, no hay pruebas de realidad de ese discurso para el sentido común. A todos les conviene comprobar que Rust está loco, que es peligroso, que desvaría, esta descuidado, oculta información, bebe mucho, todo ese sistema necesita de la locura de Rust, para no ser interpelado al modo que lo fue Marty.  


Notable historia que interpela la lógica del sentido común. Desde ya que no puede hacerse ningún análisis riguroso salvo la de los críticos del rubro, que los hay, muchos e interesantes, lo que señalo aquí son solo algunos aspectos que pueden pensarse para ilustrar, o acompañar algunas lecturas. Solo eso. A todas las virtudes señaladas, hay que subrayar la brevedad. 8 capítulos. Y hablando de duelo, el final de la serie es un duelo realizado que nos convoca a realizar el nuestro como espectadores y no seguir esperando una y otra vez la repetición de casi lo mismo alimentando la infantilización del adulto. 
Ya se anunció que  la segunda temporada será con otra historia, con otros protagonistas. Ya se sabe, lo bueno, si breve, dos veces breve.

Notas
1) Jean Allouch. Erótica del Duelo en Tiempos de la Muerte Seca. Pág. 74. Ed. Cuenco de Plata
(*) En rigor de verdad todo análisis funcionaría como alegorías de otras lecturas, no es posible pensar que el escritor usó estas variables en la construcción del argumento. Salvo que nos posicionemos como psicoanalistas creyentes en La verdad universal freudolacaniana postulada por tantas iglesias del rubro