miércoles, 9 de diciembre de 2015

Estén a la altura de su odio



Hace de las últimas elecciones que no enciendo el televisor ni escucho radio, lo medios tradicionales donde encontraba la inmediatez informativa. Lamentablemente por las redes, llega todo junto, mezclado, viralizado, editado, lleno de odio y con dosis de ignorancia manifiesta sin ningún tipo de vergüenza, esa sea quizás otra novedad de este tiempo. Aclaración necesaria y urgente, cuando me refiero a ignorancia manifiesta, no estoy mencionando las capacidades de lecturas de políticas partidarias de cada quién que se expresa, me estoy refiriendo a los modos de reproducción de pelotudez extrema como reproducir un “famoso poema de Lorca” que lo muestra como un adelantado con la imagen de CFK, (solo por citar el ej., mas burdo, también en esa línea están las famosas frases de Darín, Saramago Borges y sigue la lista) siento tanta vergüenza ajena que no me animo a decirle a esa gente conocida, ex amigos, y familiares en algunos casos, todo lo que tendría que decirles.

Odien tranquilos, nunca lo han podido hacer con tanta libertad, sus padres no pudieron y ojala que sus hijos vuelvan a tener esa libertad para odiar a un presidente de la Nación de manera tan cruel y expuesta que el humilde y anónimo “viva el cáncer” contra Eva, grafiti  lejano en el tiempo es ya una postal infantil en comparación con lo que ha tenido que tolerar esta mandataria.  Me da pudor decirles, que García Lorca no solo no escribió ese “poema” sino que además si en sus vidas se hubieran detenido a leer (Más rápido y a mano esta Google y Wikipedia por ej) hubieran advertido la diferencia, entre un poema y ese mamarracho. Pero no, además lo hacen con comentarios sarcásticos,  habría que señalar que el sarcasmo sin inteligencia es una manifestación berreta sin efectos, que solo expone todo lo que ignora el portador de esa manifestación. Es más fácil insultarla directamente.

Hay una lista enorme de fundamentaos para criticar al proceso político que llevó adelante Cristina y Néstor, pero muchos eh? Y de índole económica, política, impositiva, educativa, etc. Pero eligen los cartelitos editados de las redes sociales con carne podrida todo el tiempo. Me acuerdo del mejor antiperonista que nos dio este país; Jorge Luis Borges, lo poco o poquísimo que opinaba de política cuando lo presionaban, tiraba unos tweets tremendo al hígado. Y el odio visceral de Borges hacia el peronismo que sufrió en carne propia, no nos impidió a algunos leerlo y admirarlo hasta la idolatría.

No olviden que en su mayoría votaron a un partido que hasta la fecha no manifestó directamente que es lo que iba a hacer en asuntos claves para el futuro de las próximas generaciones. Ustedes podrán decir, si ya las sabemos, tienen razón, ya las conocemos.

A mis ex amigos, conocidos y desconocidos odiadores compulsivos, les pido sinceramente que estén a la altura de su odio. Es válido odiar, Tienen mucho para odiar. Está bien odiar si tenés motivos, como los tuvo Borges. Pero como en al amor, hay que saber estar a la altura de esa pasión.

A partir de esta noche, de facto, esa cultura mayoritaria y la timba financiera (ojalá que no, pero soy hombre sin fe) gobernará este maltratado país. Ya sé que el que odia a este gobierno que se va me puede decir que CFK y N Kirchner son los responsables etc. Sí, claro que puede ser. Podría ser así, pero entendiendo que gobernar un país es administrar y gestionar intereses opuestos y cruzados y este gobierno que hoy se va, interpretó las necesidades e intereses de millones, que como yo, que escribo esto con el pecho cerrado y las mismas lágrimas que no controlé cuando caí en la cuenta que Néstor se había muerto, hoy le dice muchas gracias por todo hermosa, estimada y respetada  Cristina Fernández de Kirchner.      

domingo, 6 de diciembre de 2015


Reacciones

                                                                                                No hay hechos, solo interpretaciones…(Nietzsche)

Fui al estreno de Kryptonita. Muy bien. Creo. Para el cine nacional es muy alentador que existan éstas películas. Tengo la opinión de alguien a quién le gustó mucho la novela de Oyola. No me decepcionó tanto como suele suceder cuando vas a ver la adaptación cinematográfica de una de una novela, particularmente de una obra tan inquietante como novedosa en este caso.

Creo que a grandes rasgos no escapa de ciertos lugares comunes de las películas argentinas cuando se meten en terreno desconocido, en personajes marginales con puteadas típicas y gestos muy sobreactuados como en la tele, pero de todos modos vale el riesgo.

Lo que más interrogantes me dejo fue la paradojal experiencia de asistir en la sala de cine con poquísimo público por suerte para mí, pero no todo siempre sale bien. En ese pequeño grupo de espectadores había algunos que sonreían y hasta se reían de escenas de lo que clara y evidentemente  eran situaciones dramáticas.

De ser así, (podría no ser así, podría haber sido que eran situaciones cómicas y divertidas y yo estaba leyendo drama donde no lo había, pero esta vez tengo certidumbre de no equivocarme tanto) ¿Dónde está el error si lo hay? ¿En el director? ¿En el público que está leyendo mal? Ya sé que estas preguntas están respondidas hace tiempo, pero no puedo dejar de sorprenderme y me interesa opinar de ésta película desde ese lugar.

Pensaba que quizás eso funciona como virtud en la película, en el sentido que presenta una novedad estética y narrativa en el habitual cine nacional, pero aun así esos espectadores encontraron lo que iban a buscar, algo de diversión. Lo que parece que ayuda a alimentar esta posición es la maquinaria del marketing de la película que pone en la mayoría de los afiches la imagen central de un guasón desaforado interpretado por Capusotto quien solo aparece lo justo y necesario. (Más o menos bien) es definitivamente un personaje secundario con una intervención importante, pero no más que eso.

Creo que casi todas las expectativas en la vida funcionan de ese modo. Siempre terminamos encontrando de algún modo lo que buscamos, pasa en la política, hoy de manera muy explícita, leemos, escuchamos e interpretamos según nuestras posibilidades y condiciones de clase e intereses, y en el amor funciona de un modo similar, algo se idealiza y todo se pone en marcha todo comienza a funcionar hasta que las cosas (a veces) no son como las deseamos o esperábamos.

Creo que lo leí en Lacan, (pero igual no importa tanto quién o si existió, pero la idea está muy bien para esta situación) que dijo al comenzar una charla o conferencia, ojalá los desilusione porque de  lo contrario, les habré dicho lo que vinieron a escuchar, es decir, ninguna novedad. Ya sabemos que eso garantiza la lógica mercantil.  Es riesgoso disponerse a lo nuevo siempre amenazado por el empuje a la nostalgia y la repetición.


Me fui del cine con algunas preguntas; ¿Por qué todavía hoy genera risa un travesti?, me refiero al hecho simple de su travestismo porque si la intención de la escena buscara la risa del espectador estaría muy bien.   ¿Por qué se reacciona con risitas cuando un travesti le habla con amor a un superhéroe en coma? ¿Por qué un beso entre un tavesti y un hetero genera reacción y comentarios (en voz alta)? Solo por mencionar algunas preguntas referidas a esa sola cuestión. Hubo muchas escenas dramáticas o al menos no graciosas en que cierto público reacciona con risas.




Creo que una de las mayores virtudes de kryptonita es ir contra de lo que se espera, contra del sentido común abriendo otros sentidos, que claramente no es para aquel  público que va a esperar diversión con gags que no están ahí pero sin embargo los ven y reaccionan.  O, lo que es probable con la misma proporción, es que yo vea drama donde no lo hay.