miércoles, 27 de octubre de 2010

LOS BELFOS DE LA BESTIA



No soy peronista, nunca lo fui. Desde la adolescencia me interesa la política, toda. La partidaria y toda acción humana que pueda entenderse como acción política. En la adolescencia disfruté la primavera democrática alfonsinista, compré la idea de Alfonsín a través de la revista gente. Luder quemaba cajones de muertos en acto público y Alfonsín aparecía mejor presentado, más prudente. Las dos fotos en el centro de la revista. Increíble.
En mi vida universitaria comienza la decepción alfonsinista, y el romance con la izquierda más dura, no al pago de la deuda, ¡fueras yanquis de panamá!, rezaba un cartel en un acto de repudio frente a la cantina de la facultad de psicología, la consigna era: No al shopping en la escuela de psicología. Me causaba mucha gracia, pensaba que nerviosos deben estar los yanquis con ese cartel y esta tremenda manifestación, unos 25 o 30 alumnos. Luego comienza a asomar la amenaza de lo que sería el gabinete de Menen si llegaba al poder. Página/12 (dirigido por un Lanata que hacía un periodismo de investigación notable, rodeado de las mejores plumas de la intelectualidad democrática) publicaba los vínculos del mismísimo líder de federalismo y liberación bajando a caballo del norte con el liberalismo más acérrimo, y la derecha más conservadora del momento. La pesadilla se hizo realidad, la década del 90 se instaló en un país que comenzaba a respirar democracia, después de los años más crueles de toda su historia.
El menemato era el golpe mortal a cualquier aspiración referida a derechos laborales, crecimiento genuino, la esta/ética neoliberal caló tan hondo en la subjetividad, que hoy seguimos drenando esa putrefacción.
Siempre me interesó la política en todas sus formas, pero en la década del 90 fue tan arrasadora de toda aspiración política que sostuviera como ideal un estado que cumpliera su función, que en mi memoria política (quizás también mi analfabetismo político) solo hay desolación. Después vinieron años muy extraños, más crueldad y muerte, inestabilidad e incertidumbre. Y Duhalde (El Otro, si el Otro, ese) nos presenta a Kirchner como opción al menemismo. ¿Como iba a confiar? Pero era la alternativa al poder de Menen.
Desde el primer día, en que asumió, su modo, su estilo. Las propuestas de su plataforma encienden la esperanza de que quizás se recuperara de alguna manera las funciones esenciales del estado y la política. Desde el mismo momento de la asunción, volví a pensar en términos políticos, no sé como decir esto. Volví a tener esperanza en la reconstrucción de los espacios públicos para la discusión política. En principio temía que fuera una cuestión de estética, de iconografía. La desconfianza mandaba.
Pero desde el preciso momento que se puso en marcha esa tan cuestionada construcción del poder kirchnerista, empezaba a disfrutar de un fenómeno inédito en mi vida democrática. Había vuelto la política, la discusión política se instalaba de nuevo, luego de más de una década de instalar la idea de que lo político es algo ominoso.
Hoy tengo más o menos contados más de 20 motivos en los distintos ámbitos de la vida social, que fundamentan mi apoyo a este modelo de país. Fundamentalmente en la figura de quién siguiera el proyecto de Néstor Kirchner, Cristina F. de Kirchner. Superó ampliamente mis prejuicios y expectativas, nunca presencié ni leí, que un presidente haya sido tan ferozmente atacado, que haya tenido que soportar tantas embestidas por el poder de los intereses del mercado/ mediático/ eclesiástico/ patronal-rural/ conservador. Ese poder concentrado que tuvo que ceder sus privilegios a un estado en recuperación. Y por sobre todas las cosas, la representante de ese estado es mujer. Con una potencia asombrosa y admirable.
Esos más de 20 motivos son logros (a mi modo de comprender una nación para todos) a nivel de la ciencia, con el programa raíces por ejemplo. Y la recuperación del conicet. Hasta hace muy pocos años, un ministro de economía mandaba a lavar los platos a los científicos argentinos, hoy se los recupera. Y así en el ámbito de la cultura, de la economía, la posición tomada en distintos aspectos de la política internacional. El la salud. En educación todavía no lograron mi apoyo sigo siendo crítico. En las distintas políticas de estado puestas en práctica que estaban delineadas en la plataforma electoral, Ley de medios por ejemplo, otro asunto inédito en el país. La recomposición de la corte suprema de justicia, a quién ninguna persona con un coeficiente intelectual mayor de la media no puede no reconocer que se ha jerarquizado y que no depende del poder ejecutivo.
En esos motivos por supuesto se encuentran los más visibles, la asignación universal por hijo, la recuperación de los fondos para jubilaciones que permitió jubilaciones de cientos de personas sin esperanza. El matrimonio igualitario con toda otra serie de políticas inclusivas. Con respecto a los derechos humanos, han sido capaces de seguir juzgando a los genocidas y haber derogado las leyes de punto final y obediencia debida. Es uno de los aspectos más criticados por aquellos militantes de izquierda que quedaron a la derecha. Se apropiaron de eso, dicen. Si. Claro. Hay que apropiarse y llevar adelante esa lucha interminable. De eso hay que aprender de las mujeres, de esas mujeres que empezaron a circular en la plaza de mayo en el medio del horror, con la peor tragedia. También eso hoy genera odio en cierta clase media.
Este proceso comenzado por Néstor Kirchner tiene muchos aspectos cuestionables en los modos de construcción de poder. Habría que ver que otros modos son apropiados para enfrentarse a las estructuras más conservadoras que siempre hicieron lo que sus intereses mandaban, me refiero a la sociedad rural y no al campo-todo argentino. Al poder de la iglesia, esa que hace pocos años atrás bendecía a las personas que iban a ser arrojadas vivas desde un avión al mar. Y al poder del mercado con su brazo armado; los medios de comunicación. El Kirchnerismo tiene enormes deudas con la sociedad, la muerte del militante del partido obrero es una oportunidad para empezar a esclarecer las mafias que subsisten enquistadas en las distintas estructuras de poder. Eso no me gustó nunca del peronismo, este movimiento que mete todo en la misma bolsa.
Comencé esta nota de despedida diciendo que no fui ni soy ahora peronista, nunca milité en ninguna agrupación partidaria, y siempre participé de distintas maneras en la vida política de este país.
Tengo más de 20 razones para apoyar a este proyecto que lleva adelante CFK, hoy tiene un nuevo desafío, el más duro, seguir adelante contra toda esta tradición machista, retrógrada que ya están diciendo pobre mujer, se le fue el sostén político. Hoy no han faltando mercenarios que la compararon con Isabel Perón, ¿se puede ser tan cruel? Los más jóvenes pueden ir a las fotos de archivos y ver quién estaba con Isabel Perón cuando murió Perón. Estaba rodeada de militares, de López Rega, de obispos y cardenales, por supuesto. Una mujer inútil y sin poder. ¿Hay algo más lejanamente saludable a eso que CFK?
Una vez Juan José Saer escribía que la estética Kitsch, no era graciosa. Se refería a los gestos patrióticos vacíos de los 90. Ponía a ciertas poses de Bush y del menemismo como ejemplo. Escribía “los mismos que hoy en día quieren terminar de una vez por todas con el estado, sienten su corazón latir mas fuerte cuando oyen el himno nacional”(1). Puede ser risible, pero en un mundo diferente, decía Saer, en el nuestro suele terminar en masacre.
Recién un amigo me cuenta, que una censista le dijo que en un departamento estaban en el hall brindando con champagne, mientras leo ese comentario, se escucha en el televisor la voz de Bergoglio en una misa por Kirchner. En las redes sociales aparecen comentarios irónicos, chistes y ciertos modos de festejo. Las acciones de Wall Street. Otro twitt reza; Nick Chamie, RBC Capital Markets declara que acciones Clarín tuvieron alza en Bolsa N.York "como resultado" muerte Néstor Kirchner.
Cuando esas señales comienzan a manifestarse, hay que estar muy atentos, porque como escribía Saer; “empiezan a insinuarse, impacientes y ávidos, los belfos de bestia.” (2)
También son permanentes y conmovedoras las manifestaciones de apoyo a CFK, entre ellas, la mía. Pero cuando leo las manifestaciones de odio, no dejo de intuir, solo intuir lo que fue aquel peronismo que solo he leído. Hoy palpo ese odio invencible. Esa es la señal que me indica que este tipo que recuperó mi ganas políticas, que comenzó este proceso en aquel momento extraño del 2003, Me puso de este lado. Del lado de los que hoy tenemos algo que perder. Los que hoy estamos de duelo.

Hoy todo es triste.


27 de Octubre de 2010.


(1)Juan José Saer. El kitsch gubernamental. Trabajos. Ed. Seix Barral. Pag 139.
(2) idem. Pag. 141.

1 comentario: