sábado, 20 de noviembre de 2010

¡SUERTE CON TU VIDEO-GAME!







Una mirada sobre la película Red Social.


Dicen que Lacan dijo al iniciar una conferencia, ¡espero desilusionarlos con lo que van a escuchar! Única manera de decir algo que el público no espera, sino ¿cuál es la gracia de decir algo que se espera que se diga? Se desilusiona aquél que se ilusiona. Es decir, que espera algo determinado en un sentido. Algo de ese orden puede suceder con el espectador desprevenido de la película Red Social. Hollywood podría hacerse una panzada con la historia de facebook, una de las tantas que nos tiene acostumbrados, quizás, muchos hayan esperado una fantochada más con Red Social. Esta vez, parece que David Fincher (El club de la pelea, Seven) lo volvió hacer, hizo otra extraordinaria película.


A Mark Zuckerberg lo deja la novia y el tipo se va a su cuarto de Harvard e inventa facebook como una red social universitaria. Al poco tiempo de su funcionamiento Mark vuelve a encontrar a su novia y ésta vuelve a rechazarlo y humillarlo, otra vez Mark sale disparado con una decisión que cambiará su vida y de algún modo, la de todos nosotros en lo que se refiere a vínculos en red, para siempre. Hay que expandirse le dice Zuckerberg a sus compañeros de aventuras. Y se expandió. ¿Hasta cuándo? le preguntan en un momento, ¿hasta dónde va a llegar? y como tantas veces el creador de facebook responde, no lo sé.


El protagonista es el paradigma de lo que se denomina un Nerd. (1) Mark es un personaje incómodo. En ningún momento manifiesta algún interés por el dinero, el sexo, la diversión entendida del modo que la viven sus colegas de Harvard, y por casi ninguna otra cosa que no sea “su” invento. Hay una escena en donde los hermanos aristocráticos Winklevoss (los primeros que reclaman el robo de propiedad intelectual) interrogan al nerd, (ya lo habían apuntado como el socio ideal para su sueño de exclusividad, una red social de Harvard.) a modo de ver sus antecedentes de niño genio para saber sobre una aplicación para mp3 que reconoce los gustos musicales del dueño que había inventado en otro momento Mark y como la gente de Microsoft le había hecho una oferta. Zuckerberg responde que no solo no vendió su invento, sino que a demás lo colgó gratis en la red. A la pregunta obvia de sus azorados compañeros, de ¿Por qué? este joven con cara de nada y de aspecto extraviado, solo levanta los hombros.


Bien podría hacerse el planteo foucaltiano sobre ¿qué es un autor? ¿Quién es el responsable, el autor, de facebook? ¿Hay uno solo? No, el nacimiento de facebook tiene estructura de red. El impulso irrefrenable del protagonista de joder a su ex novia, los archivos hackeados de las bases de datos de los perfiles de alumnos de Harvard, el proyecto de la red exclusiva de los hermanos Winklevoss, la incidencia decisiva del ingreso del creador de Napster en la vida de niño obsesionado y la idea mejorada de Mark sobre qué aspectos de los otros interesan saber, que asuntos de perfil se necesitan en un comienzo para intentar una relación, casi al modo de conocer y descubrir algunos de los secretos de la epistemología del levante, sueño dorado del varón occidental. Esos son las variables más visibles que muestra la película (Nunca sabremos otros) que se cruzan y se conectan a modo de red, para que se geste en la mente brillante del niño extraviado en sus obsesiones, su idea de red social. Extraordinario, los hermanos aristócratas solo querían exclusividad, parecen responder con sus inquietudes a una cuestión de clase, que les impedía ver más allá de su mundo, el mundo de los Winklevoss, es pequeño, es exclusivo. En cambio la idea de Zuckerberg era más elemental, más básica, más humana, por ende ilimitada, como una caja de pandora endemoniada e hiperconectada, no estaba disciplinada a un universo, no tenía objetivos claros a priori. Como esos efectos de la ciencia y la técnica que se van del control de sus amos volviéndose la mayor de las veces en contra. En un momento del juicio Mark les dice a los hermanos que reclaman la propiedad del invento, “si ustedes hubieran imaginado facebook, hubieran hecho facebook” silencio en la sala. Cuarto intermedio.

El toque final de la puesta en marcha de la red, se la da un amigo en el bar, cuando le pregunta sobre una determinada mujer y sobre su “condición sentimental” ahí nuestro protagonista sale disparado a su habitación una vez más, agrega ese “detalle” y le da enter. Ya está. Facebook comienza a ser realidad.


En todo el transcurso del film la característica del protagonista nos hace variar la percepción a nuestros inevitables y odiosos juicios de valor, por momentos es una comedia, por otros, una historia de amor, a veces un thriller, otras, un drama, siempre teniendo la espléndida actuación de Jesse Eisenberg en el centro del relato que puede variar del nerd más introvertido con pinta de genio a un hijo de su madre oculto en el desinterés por los efectos de su invento. El director se encarga de dejar la historia lo suficientemente ambigua en algunos momentos como para que decidamos que clase de tipo es este Mark Zuckerberg, que se parece bastante al original que hace poco tiempo declaró en una entrevista que todavía vive en un departamento de un dormitorio y con un colchón en el suelo en su habitación. Pero facturando casi 400 millones de dólares al año, esa situación cobra otros matices.


En el segundo rechazo de la ex novia del protagonista, pretende insultarlo al final del diálogo, como en la primera escena, pero esta vez, las posiciones han cambiado en algo, como espectadores sabemos lo que está ocurriendo, entones ese insulto de ella, “suerte con tu video-game” cobra una dimensión patéticamente graciosa.


Nadie parece entender que es lo que tiene entre manos Mark Zuckerberg, salvo el inventor de Napster (de paso nos enteramos que es de la vida de éste). La pieza que le faltaba, el lado más perverson de la empresa, éste encarna el impulso y la velocidad que necesitaba Mark y que su personalidad no se lo permitía. La clase de vínculos que hay que tener para expandirse a todo el planeta. Una de las tantas virtudes de esta película, es que todo eso se muestra con primeros planos, gestos, contra planos, es decir con lenguaje cinematográfico, solo basta ver el rostro de Mark cuando habla John Parker (el fundador de Napster) en el primer encuentro, solo ahí parece mostrar algún interés en algún ser humano, está fascinado, no cabe duda que allí comienza otra historia, que va girar a otra dirección y a eso lo advierten los protagonistas de la escena. Sus rostros hablan. Un juego gestual espléndido. Diálogos cortos, precisos, contundentes.


El invento de Mark Zuckerberg, cambió para siempre las formas de vincularse a través de la red. Un tipo con problemas de relación social, dirán los psi, (léase, gran parte del universo de psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras, psicopedagogos etc.) Inventa la mayor red social en internet donde los contactos se denominan “amigos”. Paradoja multimillonaria. Y ese inventó merecía ser contado cinematográficamente con el talento y el cuidado que David Fincher supo emplear al realizar esta perla. El debate sobre la veracidad de la historia es secundario, Ya que es una biografía no autorizada. Dicen que el guionista Aaron Sorkin le pidió participación al verdadero Zuckerberg y éste se negó, lógicamente. También dicen, que le enviaron el guión y que el mismo volvió solo corregido en los términos técnicos sobre el vocabulario de los hackers. (2)


Ver el comienzo y el final en perspectiva de ésta película, muestra de cierto modo los cambios subjetivos que ha generado la invención de facebook en torno a las relaciones humanas, y sobre todo, de cómo levantar minas. Después vendrán otros debates más necesariamente rigurosos, sobre las formas de la soledad, la vanidad, la necesidad de exponerse pública y voluntariamente en la red, la participación de la CIA a través de alguna empresa en la compra de acciones, la propiedad intelectual del contenido de la red, (como no va a estar la CIA, y se supone otras agencias de inteligencias si es la mayor base de datos de perfiles voluntarios de la red, ¿no parece algo obvio?).


Una curiosidad que merece ser destacada en los efectos que ha generado la proyección de Red Social, es la crítica a facebook, al estilo de vida de las personas que pasan mucho tiempo allí, y todo ese tipo de debate menor, si tenemos en cuenta el modo en que ha incidido en la subjetividad, al menos de gran parte de occidente. Desconocer el valor artístico de la película (no de facebook) por el mero prejuicio hacia la red, suena como el insulto de la ex novia de Mark. Ese insulto condensa a modo de metáfora la certeza que da el desconocimiento y su inevitable aprensión. En ese insulto están sintetizados muchos lugares comunes de la crítica al mundo de la informática y a las redes sociales. Ese insulto es análogo a la descalificación permanente que sufren cientos de pibes con otros modos de vinculación que el moralista universo psi, se ha encargado de tabular con nombres clínicos. ¿Qué hubiera pasado, si Mark Zuckerberg hubiera ido al psicólogo por dificultades en sus relaciones sociales? Si la pastoral corporativa psi, denomina a las particularidades de Mark, como Síndrome de Asperger, es posible imaginar al terapeuta despidiendo a su paciente con un “suerte con tu video juego”.



Néstor Ribotta.
20 de noviembre de 2010


Notas
(1) Nerd. Hay varias definiciones de Nerd. Me interesa resaltar aquella en que en parte de sus acepciones se la vincula con el síndrome de Asperger. http://es.wikipedia.org/wiki/Nerd.
(2)http://www.publico.es/culturas/338437/la-pelicula-que-hara-temblar-a-facebook

2 comentarios:

  1. Bueno estimado Nestor, cuando detecté que habías actualizado tu blog refiriéndote a esta peli, y a sabiendas de que haces valer tu derecho ciudadano a contar los finales, me he guardado el enlace hasta tanto vea primero la película por mí mismo. No porque crea que el final sea el centro de la película (sería una paradoja de la geometría), sino porque quería destriparla sin influencias.
    Primera coincidencia: una película intensa, interesante y coherente, allí donde esperaba oportunismo y cultura pop.
    Sobre la estructura narrativa, me vino a la mente de inmediato la máxima dolineana: "Todo lo que hace el hombre está orientado a levantarse mujeres", y el flaco este arranca con una revolución en las comunicaciones, nada menos que para impresionar a La Mujer, que, empeñada en barrarlo a pesar de todo, le dice "no soy tuya". Puñal en el ventrículo derecho.
    500 millones de usuarios, empresa valorada en 25 billones de dólares, el multimillonario más joven del mundo, pero el tipo termina apretando F5 cada 5 segundos para ver si la mina que le gusta ahora lo acepta como contacto. Lógicamente que esto es parte de la ficción, recurso dramático no biográfico orientado a cerrar el círculo narrativo, pero justamente por eso me pareció una película coherente.
    La mejor escena para mí: la competencia de remo donde los mellizos salen segundos. ¿Por qué? Primero porque ahí la edición de tiempo distorsionado, los sonidos pensados para el buffer y la textura gruesa de la imágen me hicieron acordar que la dirigió Fincher. Segundo porque además de la metáfora obvia, nos deja intuir que los melli pierden porque están aferrados a... (acá van un montón de cosas a las que están aferrados). Están aferrados. Ese es el tema. Son lo contrario a la Creación. Son el statu quo. Son la ley escrita. Hasta el rector de la Universidad más antigua del país tiene más cintura que ellos. Reclaman cómo tienen que ser las cosas, mientras que las cosas son como quieren... y no pueden hacer nada contra eso.
    Tu análisis, Néstor, es, como siempre, lujoso, y me alegro de haberlo leído después de ver la peli. El pibe de Napster es, como vos decís, el complemento que Mark necesitaba, porque es el otro lado del espejo en comparación a los melli: al igual que ellos tiene los contactos, tiene la guita, tiene un saber hacer, pero todo desde una dimensión recargada. Mark se deslumbra porque se encuentra con el que va a pisar cabezas por él.
    Coincido también en que la comunidad psi está plagada de asesinos de sujetos, que orgullosos de sí mismos hubieran ayudado a Mark a calmar su angustia con algo menos espectacular que The Facebook, y capaz que hasta le iba mejor con la mina.

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  2. Genial reflexión. Eso si, el nombre del fundador de napster es Sean Parker y no Jhon.

    Abrazos!

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