miércoles, 1 de septiembre de 2010

AL TIPO QUE LEÍA LLORANDO FRENTE AL MAR


El 31 de Diciembre de 1990 estaba esperando año nuevo por primera vez fuera del país. Estaba en la costa chilena (en esa especie de 3x1 de esa época). Tenía la costumbre de leer los diarios de Argentina por la tardecita, todavía no existía en el consumo masivo ese maravilloso invento de internet. Se conseguía a más o menos 6 o 7 veces su costo, Pagina/12, La Nación y Clarín. Unos amigos del periodismo que vivían conmigo en Córdoba, me habían orientado a leer Página/12, con los ojos del nuevo periodismo, y ya se me había hecho hábito desde el año 1988. En la playa, tenía una especie de vecino argentino que también leía los diarios de Bs As, él los leía a todos, a mí me resultaba un lujo demasiado caro, asi que recurría a su amable préstamo editorial. La tarde del 31 de Diciembre, cuando me acercaba a manguearle el resto de los diarios, (yo aún no había comprado el mío) lo encontré solo, con el diario en sus manos, mirando el mar y con lágrimas en los ojos. No me atreví a interrumpir. Me quedé a una prudencial distancia, para que no adviertiera mi presencia. No puedo precisar ahora que tiempo transcurrió, pero se hizo de noche, y no me atreví a acercarme. Yo me volví al hotel y pase por el kiosco de siempre a buscar Página/12, Cuando vi la tapa, creo que comenzaba a entender. Ese extraordinaria diseño de tapa era una métafora de lo que comenzaba en la argentina, algo se acababa de romper, hacía referencia al indulto otorgado por el entonces presidente Menen, a los responsables de la dictadura más cruenta en la historia de este país.Empezaba la década más infame de la historia argentina.

Hoy los indultos son nulos. Se reglamenta la ley de medios. Se denuncia a papel prensa. Volvió la discusión política. Las minorías tienen más derechos. Se empezaron a repatriar científicos. La corte suprema es la más prestigiosa en muchos años. El Estado empieza a recuperar su lugar. Las heridas de la dictadura y de la década del 90 son tan profundas, tan crueles, que hoy gran parte de la clase media, (quizás la de siempre) reacciona contra el estado y defiende ciegamente los monopolios de mercado. mucha gente asumió el cambio de identidad, de ciudadano a consumidor. Reniegan, parecen desconocer que a los administradores del estado se los renueva con elecciones. En cambio Sobre las políticas de los monopolios de empresas privadas no tiene defensa. Hoy la ley de medios tiene plena vigencia, la verdad, no es para distraerse en festejos. Es para estar atentos, a partir de hoy, puede pasar cualquier cosa.

Ojalá sigamos debatiendo y eligiendo. Tengo la sensación que estamos empezando a discutir de cero la democracia. ¿Que significa Estado?, ¿Libertad?, ¿Derechos y obligaciones de ciudadanos?, ¿ libertades y derechos de consumidores?. ¿Libertad de mercado?, ¿Libertad de prensa?, ¿libertad de opinión?. No es poco.

Las incidencias más profundas en la subjetividad, que dejó la década del 90, me parece que se manifiestan en la idea de Estado. Para mucha gente, es muy complicado entender que significa todos. Ante lo único que somos, o deberíamos ser iguales, es ante la Ley. El estado es la representación de Todos los ciudadanos, y todos, significa entre tantas cosas, todos diferentes, distintos, distintas vidas, ideologías, prácticas, formas de goce distintas, pero con los mismos derechos.

Todos tenemos las mismas urgencias en los reclamos al Estado. Esto se puso de manifiesto en la última discusión sobre matrimonio igualitario, donde muchas personas, aún, muchos intelectuales en franca oposición al proyecto, fundamentaban su postura diciendo, ¿cuál es la urgencia? yo me pregunto: ¿Qué significa esa pregunta? , si no es tú urgencia, la de los otros, o algunos otros, o algunas minorías ¿no tienen derecho a la urgencias? ¿De todos modos, solo hay que legislar las urgencias? ¿Qué urgencia tiene el que se quiere casar con alguien que ama? Personalmente le diría, ¿Qué haces? ¿Che, queres los derechos de la sociedad que te excluye? ¿Queres vivir como ellos? problema tuyo! A mí me parece más interesante la posición Queer, pero es una opinión personal sobre una manera de ver el mundo, y no excluye que todos tengamos los mismos derechos. Todos con los mismos derechos. No parece tan difícil de entender, y sin embargo es el gran asunto de la convivencia humana. La diferencia.

Muchos ciudadanos se enteraron por esos días, que muchas organizaciones civiles y ONGs, hacían años que estaban peleando por sus derechos, que también son los de todos. Quienes más se opusieron a esa Ley, por supuesto fueron las instituciones religiosas, fundamentalmente, la iglesia católica, que nunca comprendió, (aunque no se trata de comprensión, sino de lucha de poder) que el Estado nos representa a todos, no solo a los católicos. Quizás como culmina la nota editada en el último número de Le Monde Diplomatic, edición del cono sur, Fortunato Mallimaci, “… Hoy el país democrático está poniendo las cosas en su sitio con los juicios a los responsables y restableciendo la verdad y la memoria. Con la reciente aprobación de la ley de matrimonio igualitario y durante el mayor período de democracia efectiva que conocen la República y la sociedad argentina, ¿el poder católico se habrá debilitado?...” (1)

Hoy, con las noticias de la vigencia plena de la ley de medios, por un lado, y la nulidad de los indultos a Videla y Massera, publicada en La Nación por otro, Sin ninguna duda tenemos un país mucho más justo y democrático que aquél fin de año de 1990, en los que no volví a ver al tipo que lloraba frente al mar. Ojalá hoy siga leyendo los diarios, ojalá hoy este llorando de nuevo.


Ribo. 1 de Setiembre de 2010


(1) Al César lo que es del César. Fortunato Mallimaci. Le Monde Diplomatic. Ed N° 134 agosto 2010. Pag 7.

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