lunes, 7 de abril de 2014

TRUE DETECTIVE, O EL DUELO DE RUST COHLE





De cada virtud de esta serie se podría hacer un seminario, un foro, de las referencias literarias, filosóficas, de los logros técnicos, actorales (se hace complicado pensar este producto sin Matthew McConaughey) de la música, del guión (que fue escrito íntegramente por su autor, Nic Pizzolatto) de la estructura narrativa, de la edición, de la fotografía etc. Yo me atrevo a desvariar desde una perspectiva de análisis que vincula el desarrollo de la historia como la efectuación de un duelo, el duelo de Rust Cohle. 

La serie comienza como toda historia de detectives, con un asesinato y el proceso de investigación. Lo interesante de TRUE DETECTIVE es que a medida que la historia progresa, la investigación del crimen puede permanecer en segundo plano mientras va cobrando protagonismo la vida de los dos protagonistas. Marty representa al sentido común más pragmático que pueda esgrimir un tipo medio, policía e investigador americano, Rusth al pensamiento crítico, por llamarlo de algún modo como reverso del sentido común. Son dos maneras de pararse ante la vida, dos modos de ver y entender eso que ilusoriamente se denomina realidad.

Desde el comienzo Rust anuncia que esta de duelo, el día del crimen del que le encomiendan la investigación coincide con el cumpleaños de su única hija fallecida a los 2 años. La posición de éste, una mirada escéptica y oscura sobre la naturaleza humana, (valga el oxímoron) no se modificará a lo largo de toda la historia hasta esa especie de epifanía final, ¿subjetivación de la pérdida?  La perspectiva de Rust interpela todo el tiempo a su compañero de investigación el pragmático y terco Marty Hart (interpretado de manera magistral por Woody Harrelson) y a todo aquello que representa el discurso normalizador del sentido común. Todo aquello que sale de la norma esperable en ese contexto rural cristiano, es visto como sospechoso, mucho más que la desaparición y crímenes de niños y jóvenes prostitutas. Marty es el prototipo del esposo burgués, creyente, buen tipo, recto e incapaz de cuestionar nada más allá de lo que da su nariz, o su pene.

Enfrentados a la zona más oscura de lo humano estos dos detectives mantienen algunos diálogos que son verdaderas perlas para lo que se acostumbra o espera en esta clase de formatos. Hay una escena notable en la carpa de uno de los tantos grupos religiosos que pululan los escenarios de Luisiana en donde  pareciera que solo hay lagunas, prostíbulos e iglesias, siempre en tonos grises de smog industrial, debajo de esa carpa un predicador da su sermón para un grupo de fieles, los detectives observan y discuten sobre lo que están presenciando, es decir, sobre la existencia de dios, el coeficiente intelectual de los devotos, la construcción de sentido, etc.   

Durante el desarrollo de la historia, sabemos poco acerca de la situación o el contexto en que Ruth pierde su hija, solo la menciona un par de veces, y tenemos varias situaciones donde lo vemos marcado por esa muerte que no puede dejar ir. La pérdida de esa parte de sí. Cuando es invitado a cenar a la casa de su colega, llega borracho, no pudo enfrentar la situación de confrontarse justo ese día a una familia con sus hijas sentadas en la mesa fliar.

Rust parece desexualizado, varias veces se le marca esta ¿carencia? Su compañero le dice que le vendría bien una flia, una mujer, tener sexo, etc la mujer de éste le presenta mujeres. Nada. Rust parece no poder salir de su obsesión con esas muertes, miró todas las fotos de cadáveres que pudo, que tuvo acceso en ¨su¨ investigación, la investigación que él llevará adelante arrastrando en esa tarea a Marty y su declive en el que finalmente encontrará algo de sí, lo que parece una pérdida en su lógica, en la lógica de Marty, resultó ser la forma de ocuparse de sí que encontró, no sin pérdidas claro. En este trayecto de su vida podría pensarse que Rust funcionó como su analista.

¨...En la experiencia de duelo, la ¨realidad¨ ya no le sirve de pantalla a algo real...¨(1) Es posible pensar (como alegoría*) que al estar de duelo, Rust puede seguir las pistas del caso más allá de lo que la pantalla de la realidad construida con los signos que esa cultura impone, es decir, no hay pruebas contundentes en ningún lado de las hipótesis de Rust, solo parecen estar en su cabeza a modo de un paranoico, a tal punto que en un momento hasta su compañero, Marty duda. Las autoridades policíales le exigen a Ruth cuerpos, cadáveres, vinculación de acontecimientos,etc. éstas pruebas no están a la vista, no hay pruebas de realidad de ese discurso para el sentido común. A todos les conviene comprobar que Rust está loco, que es peligroso, que desvaría, esta descuidado, oculta información, bebe mucho, todo ese sistema necesita de la locura de Rust, para no ser interpelado al modo que lo fue Marty.  


Notable historia que interpela la lógica del sentido común. Desde ya que no puede hacerse ningún análisis riguroso salvo la de los críticos del rubro, que los hay, muchos e interesantes, lo que señalo aquí son solo algunos aspectos que pueden pensarse para ilustrar, o acompañar algunas lecturas. Solo eso. A todas las virtudes señaladas, hay que subrayar la brevedad. 8 capítulos. Y hablando de duelo, el final de la serie es un duelo realizado que nos convoca a realizar el nuestro como espectadores y no seguir esperando una y otra vez la repetición de casi lo mismo alimentando la infantilización del adulto. 
Ya se anunció que  la segunda temporada será con otra historia, con otros protagonistas. Ya se sabe, lo bueno, si breve, dos veces breve.

Notas
1) Jean Allouch. Erótica del Duelo en Tiempos de la Muerte Seca. Pág. 74. Ed. Cuenco de Plata
(*) En rigor de verdad todo análisis funcionaría como alegorías de otras lecturas, no es posible pensar que el escritor usó estas variables en la construcción del argumento. Salvo que nos posicionemos como psicoanalistas creyentes en La verdad universal freudolacaniana postulada por tantas iglesias del rubro


3 comentarios:

  1. Cómo me gustó True Detective! Jactándome de ser un asiduo consumidor de buenas series, tengo que decir que ésta picó alto en mi humilde rating. No tengo mucho para aportar a tu interesante análisis, más que algunas observaciones. Lo primero, si hay algo importante para darle calidad a un producto de televisión, es el manejo de los silencios. Acá hay mucho de eso, y sobre todo manejo de los tiempos para contar todo a su tiempo. Y en tiempo y forma.
    Cuando un escritor pone a dos personajes a convivir, generalmente la intención es poner en juego un conflicto. Un conflicto que más allá de lo evidente, en realidad ocurre en una sola cabeza, en un solo psiquismo. Marty y Rust representan para mí ese conflicto interno, esas dos formas complementarias e incompatibles a la vez de enfrentar la supuesta realidad. Cada vez que estos dos polis se subían al auto y empezaba un diálogo, yo sentía que ese auto funcionaba como una cabeza atendiendo a su guerra intrapsíquica. Sobre todo cuando Marty le pide por favor que se calle, que no lo quiere escuchar. Nuestro propio cinismo puede resultar intolerable para nuestra necesidad de pragmatismo.
    Al final Rust tiene un poco de Marty y Marty tiene un poco de Rust. No puede evitarse. Ya casi que se necesitan mutuamente.
    Otra cosa, así en pensamiento desordenado. El evento unificador para ambos modos de entender el universo, es el video. El video del horror. Se cuela un real. El espanto. Lo que no puede simbolizarse. O mejor dicho, el símbolo que no se puede asimilar. El grito. No. Hasta el sherif corrupto que formó parte de todo se horroriza cuando ve lo que permitió. No. Dejarlo pasar es una cosa, pero verlo... No. Después de 17 años de cruces y peleas, el horror los alinea, los afilia. Se achica la disociación, se integran. Decime qué tengo que hacer. A partir de ahí pueden segur pensando distinto, pueden seguir agrediéndose cariñosamente, pero ya son uno solo. Una sola misión, pagar la deuda. El principio del fin para todo duelo, el psiquismo se reintegra.
    Perdón por la intromisión, pero terminar tremenda serie y que me dejen picando un blog abierto, me hizo inevitable destripar mis ganas de compartir impresiones.
    Ya que estamos te dejo una recomendación. In the Flesh. 5 episodios. Británica. Parece que es una cosa y es otra cosa. Un abrazo.

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  2. Fede, conociendo que sos un consumidor de muy buenas series, ésta era una obligada. La verdad que cada vez que regreso a ella me motivan diversos aspectos para el análisis, igual que vos sostengo que este producto el umbral de calidad de las interesantísimas series que estamos viendo. Considero que TRue Dettective da para cortar tela en varios foros, solo me animé a pensar algo desde esa pequeña perspectiva. Es muy preciso tu análisis de la función del video que aparece promediando la historia. Es una muestra de lo logrado que está el tratamiento y el cuidado de ciertos temas. También pienso que escribir e intercambiar miradas al respecto ayuda a realizar el duelo nuestro como espectadores hasta que asistamos a lo que sigue que ya esta en marcha, ojalá se sumen más interesados. Como siempre muy agradecido por sumarte al debate. Gran abrazo

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  3. True detective y el lugar de la niñez en la sociedad occidental.

    En la serie se presentan varios lugares posibles para ser sujeto "infantil" en la sociedad del Sur de USA. En la figura de Rust vemos a un padre que ha perdido a su hija, apenas mencionada como una confesión en un pliegue intimo entre Rust y la esposa de Marty (imprescindible para el segundo espacio intimo entre ambos, mas adelante en la serie) y que falleció en un accidente hogareño. En cambio en la figura del personaje que interpreta woody H. Se presenta a un padre (ausente) de dos niñas y como repite en varias oportunidades "la maldicion del detective", que es no poder ver lo importante y que es justo lo que esta en "sus narices", a pesar de proveer económicamente no es suficiente, distante mira a sus hijas dormir desde la puerta de la habitación, tarde y cansado la atención de Marty esta siempre en Otro lugar.
    El espacio reservado para la víctima infantil de la serie se presenta siniestro y descarnado, Marie fontenot la niña asesinada, la niña del video, presente a lo largo de prácticamente toda la serie, protagonista desde el capítulo 1 al 8. Para Rust una niña muerta, un nombre, una deuda, un caso por dilucidar, un duelo por resolver, el de su hija (como dice Nestor Ribotta en True Detective o el duelo de Rust). Es interesante por que cumple un papel inverso a las de las víctimas en las series de detectives, ya que aquí primero tiene nombre y luego se transforma en víctima, ( por lo general primero se es víctima y luego adquiere nombre) es para pensar el contrapunto con la pequeña hija de Rust, no se la nombra, anonima es un fantasma en la vida de este personaje, aunque tiñe de manera decisiva la posición ante la vida del personaje creado por Matthew Mc.
    Carteles esparcidos por todo el estado dando cuenta de niños desaparecidos desde hace décadas ( por lo tanto el sufrimiento de decenas de familias y cientos o miles de personas) no es suficiente motivación para desentrañar una red de corrupción y asesinato construida por personajes psicopáticos y marginales, asociados a la familia del gobernador del estado. Estos dos personajes que se embriagan cuando se hace patente la carencia o falencia de su posición como padres, se transforman en los superhéroes abollados y entrañables de esta historia formidable, así como Marty sufrió la maldicion del detective, Rust tira una de las ideas fundamentales de cual es el lugar de la niñez para los autores de la serie, la tesis dice así; la soberbia de crear un alma de la nada y traerla a esta picadora de carne, el pecado de Ser un padre.
    Ambos son mis héroes en este lío.
    Eric Zandrino

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