domingo, 3 de mayo de 2020

La radical ausencia de explicación







Con la edición del texto de Jean Allouch "Nuevas consideraciones sobre el pasaje al acto" en Octubre de  2019, publico esta breve crónica del seminario que Allouch dio en la ciudad de Rosario Argentina en Abril de 2018 donde expuso el borrador de lo que iba a ser el texto mencionado. En esta especie de "crónica" (con todo respeto y disculpas por los cronista) esta planteada que al momento de ese seminario se editaba el texto de Carlos Busqued "Magnetizado" por la editorial Anagrama, que más allá del impacto editorial por la singular obra, aquí se intenta mostrar como el caso Melogno (protagonista de Magnetizado) debía ingresar a esa pequeña galeria de casos princeps de la literatura psicoanalítica, criminológica, psiquiátrica etc. en la mencionada publicación  de Jean Allouch se hace referencia al "caso Melogno" y que entre otras referencias en distintos ámbitos, talleres, grupos de lectura, seminarios etc. Se ha comenzado a trabajar ¿La fabricación de un caso ? Sin duda todo indica que las lecturas de Magnetizado en éste ámbito recién cominzan. 

    

Breve crónica del seminario de jean Allouch “Nuevas consideraciones sobre el pasaje al acto y la posibilidad de ¿fabricar? un caso con Ricardo Melogno, (Magnetizado)

el pasaje al acto es irreductible a la palabra, nos desilusiona de nuestras pretensiones de explicar, nos hace más humildes…” (Jean Allouch. Rosario 21 de Abril 2018)

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En el mes de Abril de 2018 dos novedades convergen y son las que les dan origen a este escrito. Sale publicado Magnetizado (conversaciones con Ricardo Melogno) editorial Anagrama. (1) Y los días 23 y 24 del mismo mes y año en la ciudad de Rosario Jean Allouch realiza su seminario, “Nuevas consideraciones sobre el pasaje al acto”


Lo central de la historia de Melogno en Magnetizado, es la singularidad de sus crímenes, lo único que se puede decir hasta hoy es lo que se denomina en la literatura criminológica (y en gran medida en la jerga psí) el o los actos criminales que se encuadran en “crímenes inmotivados”. Una vez que se entra en la historia de Magnetizado, es difícil referirse en plural a los asesinatos que se detallan. Si se lee con la intencionalidad de “comprender” algo del o los mecanismos que funcionaron como resorte de esos actos, el lector es ubicado en la posición de impotencia, y si se lee con criterios de utilidad técnica, es decir con herramientas teóricas del universo psi más aún, ya que cualquier categoría utilizada hasta la fecha no termina de precisar qué es lo que pudo haber sucedido como motivo disparador de aquellos crímenes en esa semana tan singular en la vida de Ricardo Melogno.
Cuando se anuncia el seminario de Jean Allouch en Rosario, el tema no puede ser más pertinente para aquellos que consideramos que en la historia de Magnetizado hay elementos que interpelan las clásicas formulaciones psicoanalíticas de pasaje al acto, acto, Acting out, que vienen siendo usadas en la literatura de casos en el psicoanálisis desde El doble Crimen de la hermanas Pappin, Aimée, El caso de la joven homosexual, Extraviada (Iris Cabezudo) como para nombrar la columna vertebral de “casos princeps” en la galería de estudios psicoanalíticos referidos a las distintas modalidades del acto.
Hipótesis: la historia de Melogno tiene a partir de su publicación, con todo lo que ello implica para su estudio, suficientes indicadores para que ingrese a la galería recién mencionada.
Asistimos al seminario en Rosario esperando que algunos de los “casos” mencionados operaran como soporte de las nuevas perspectivas. Solo funcionaron como referencias obligadas para; Acting out, pasaje al acto, y lo que hasta ahora se vincula en los trabajos psicoanalíticos para cada uno de ellos. Una de las novedades de esa jornada consistió en que Allouch iba a trabajar sus hipótesis de las nuevas consideraciones sobre el “pasaje al acto” en la novela de Marguerite Duras “La Amante inglesa” (2)      
El comienzo del seminario estuvo dedicado a la crítica de algunas posiciones “morales” de expertos y especialistas vinculados al saber pericial en un caso, y a una expresión mediática de una psicoanalista sobre el asunto de cierto crimen y la cuestión del odio (en el lazo social) respectivamente.
Esto de ubicar el saber del lado del experto viene a cuento luego de la presentación de lo que Allouch denominó “Un nuevo hallazgo clínico”: El Salto Épico, tomado del psicoanalista marroquí Fethi Benslama (*)) para ello realizó cierto despliegue de la cuestión musulmana y el terrorismo, refiriendo que “…denominar terroristas a los autores de estos actos, aplasta la cuestión…” y tomó posición colocando a ciertos actos yihadistas con la modalidad de salto épico, señalando que allí se ubica una erótica espiritual en los rituales previos de los autores de los pasajes al acto del 11 de setiembre en Manhattan, por ejemplo.
En los panfletos encontrados por la FBI se pudieron leer los siguientes mensajes “…no se trata de matar, se trata del corazón, que por ser no creyentes deben ser alcanzados aun cuando su corazón deje de latir… Mensajes que deben ser ubicados entre las dos muertes.(**)
El análisis occidental de este asunto con la perspectiva del valor de la vida como “única vida” hace obstáculo e impide la comprensión de la posición del musulmán como se aprecia en el breve recorte del documental “al Oste del
Río Jordán”*** donde el director mantiene este breve diálogo con… Alí, un niño que trata de explicar con poco éxito por qué quiere morir como mártir.
La mirada occidental que aborda la cuestión de los pasajes al acto de los yihadistas lee el problema desde su propia lógica, como lo hacen los peritos y expertos antes citados. Es decir, en su propia jerga.
En su propia jerga
Allouch relató el caso de una enfermera que envenenó a varios ancianos en una institución geriátrica, subrayando especialmente a los fines del seminario la posición de los expertos “…lo que importa es como se comportaron los peritos expertos, lo que dijeron en el tribunal; la mujer reconoce los hechos. Los psiquiatras declararon que ella se muestra incapaz de responder a la pregunta por qué los mató”. 
¿En qué términos hablan? Se pregunta, y se responde;
“…en sus propios términos…” “…ningún cuidado por la literalidad de lo que escuchan. Ellos dicen; “personalidad vulnerable, inmadura, clivada, disociada, no hablan de ella, hablan de una personalidad…”
“…dependiente de una madre sobreprotectora, cuya personalidad se desmoronó luego de la muerte de esta madre, su discernimiento se vio alterado…” Allouch dirá; “ellos tienen el discernimiento alterado” y continúan los expertos, “ven en el pasaje al acto como una descarga pulsional. Utilizando cierto lenguaje psicoanalítico…”

Un periodista de Le Monde quien escribirá en una parte de la crónica; “jornada donde las jergas y las explicaciones confusas sumieron al auditorio en abismos de perplejidad”
Para Jean Allouch,
     “los expertos se salvaron a sí mismos del pantano en el cual se habían colocado. Como no podían poner una lógica clara del pasaje al acto utilizaron esa jerga” y sigue; “usamos jerga cuando no comprendemos de lo que se trata”

¿Cómo no referirnos aquí a los 34 años de jerga psi que pesan en el expediente de Ricardo Melogno?

Allouch trae nuevamente una cita del diario Le Monde en la que una psicoanalista lacaniana (a quien evita nombrar) opinó sobre el odio en las manifestaciones sociales. Ante la pregunta: “¿Constata usted con sus pacientes la emergencia de una nueva forma de odio? Ella respondió: “hay un goce nuevo del odio”. Allouch se pregunta si esta psicoanalista reconocerá entonces antiguos goces. En la entrevista la terapeuta continuó: “aquel que pasa al acto cae del lado incorrecto, del lado de la destrucción (…) en los actos de este tipo es la subjetividad la que es abolida…”  (risas)

Con la misma lógica esta profesional sostenía que “algo debe ser tejido del lado del lenguaje (moralidad), el odio, según ella está pensado como la destrucción del discurso, es por ello que se “deberá” reintegrar el odio en el lenguaje.”
Estas referencias están  para ilustrar lo que en el sentido común establece de algún modo, que el pasaje al acto está muy estrechamente vinculado al mal. Para cerrar con estos ejemplos Allouch trae a cuento un equívoco de un traductor alemán sobre el título de una conferencia suya en el año 2001 para el simposio “100 años Jacques Lacan” donde la conferencia fue publicada con una coma que le dio el sentido recién cuestionado; el titulo quedó publicado como “El mal, llamado pasaje al acto.” La coma simboliza esa idea ampliamente compartida.   
Esta idea del pasaje al acto, esta concepción moral, no da cuenta del relato de Alí (documental), ni de la acción de ciertos yihadistas.
Allouch: “Esta idea del pasaje al acto sugiere que algo ya está presente de alguna manera en alguien y que en lugar de llevar esto al decir lo hace en acto”
Ya lo sostenía en un pasaje de La sombra de tu perro;
“…lo que el lenguaje no puede hacer es llevado por lo real. Vale decir: no hay “pasaje” al acto, el “pasaje al acto” es un concepto denominado falazmente si con ello entendemos que al lingüístico se realizaría en el acto. Por el contrario, el acto realiza algo a lo que el lenguaje de ninguna manera puede acceder… (3)

“fue también una concepción sostenida por Lacan cuando se interesa por esto en el caso de la Joven Homosexual de Freud la primera vez (Seminario La relación de objeto, enero de 1957)
Luego Lacan abordará el pasaje al acto de la joven homosexual de una manera diferente (el 23 de enero del 63) donde el “dejar caer” funciona como operadora del pasaje al acto: “un deseo que ella tenía de tener un hijo con su padre se deja caer en lugar de dar a luz”. Precisamente en La sombra de tu perro Allouch escribe;
 “Basándose en esa única palabra, Lacan va a verse envuelto en un monumental contrasentido, pero un contrasentido que debe situarse justamente del lado (a coté) de lo que se trataba. Más allá de su invención del objeto petit a, Lacan lee el significante niederkommen, activo a sus ojos, que para él funciona dentro de lo que cataloga como un “pasaje al acto” como si ya no indicara un deseo de tener un hijo con el padre (su primera lectura, seminario La relación de objeto, en enero de 1957), sino el hecho de que la muchacha SE deja caer” (4)

Jean Allouch modifica esta posición de Lacan, y concluye que el pasaje al acto no es un “pasaje”, es decir, algo que estaría allí pasaría al acto; ya no es posible pensarlo así. Luego cita a Sigmund Freud sobre el ensayo de 1914 “Recuerdo, repetición y elaboración” (Freud. 1914) donde se elabora el mecanismo de aquello que no se recuerda se traduce en acto. Allouch ya se había levantado contra esta concepción en su trabajo Letra por letra (la letra que sufre demora).
Otro motivo más por lo que “pasaje” no es una denominación feliz aparece, de manera discreta, en el interrogatorio a Pierre Lane, (uno de los personajes de La amante inglesa), quien interrogado pregunta lo siguiente; ¿Qué dicen de ella?; respuesta; “Ahora dicen lo que se dice siempre: que tarde o temprano, tenía que pasar lo que ha pasado” (La amante inglesa. 2011-pág. 71.), luego en la pág. 122-123 en el interrogatorio a Clare;
“sepa usted que he soñado que mataba a todas las personas con las que he vivido, incluido el agente de Cahors, que es la persona a quien más he querido en la vida. Y varias veces a cada uno. O sea que tarde o temprano tenía que acabar haciéndolo, de verdad. Ahora que lo he hecho sé que tenía que hacerlo, de verdad, una vez”

Este comentario en la novela le sirve para señalar otro rasgo del pasaje al acto que Lacan denominó como pasaje al acto advertido o, luego, esclarecido. Allouch sostiene; “No podemos decir que el acto de las hermanas Pappin era un acto advertido, el crimen de Althuser era advertido.”
Es justamente aquí, en el momento del seminario, que Jean Allouch se pregunta sobre el pasaje al acto esclarecido haciendo referencia al aporte de Fethi Benslama, de salto épico, afirmando que allí hay un “verdadero hallazgo clínico”, dando cuenta de ello con la novela “La amante inglesa” con el crimen cometido por Clare Lane, y agrega que ese hallazgo le iba a permitir situar mejor el llamado pasaje al acto. Nosotros aquí pondremos bajo esa perspectiva de lectura el caso de Ricardo Melogno en Magnetizado.

La amante inglesa y salto épico.
En el pequeño pueblo de Viorne, tiene lugar el macabro crimen de una mujer que luego de ser asesinada es descuartizada. Se trata de Marie Therese B, la prima sordomuda de Claire Lanne, protagonista de la novela que confiesa ser la autora del crimen.
En la novela no hay un único narrador sino que transcurre en el marco de un conjunto de voces que hablan durante las entrevistas que realiza un personaje enigmático que quiere hacer un libro sobre el hecho. La primera es con Robert Lamy, el gerente de un café al que acudían a menudo el matrimonio protagonista. La segunda con Pierre Lannes, marido de Claire y la tercera con ella.
Lo nodal de la historia consiste en que luego de asesinar a su prima, Claire descuartiza el cuerpo de la misma y reparte cada uno de los pedazos lanzándolos en distintos vagones de trenes que pasan por el viaducto de Viorne, que se dirigen a Cahors, una ciudad cercana. A excepción de la cabeza que jamás fue hallada y sobre la cual, la protagonista no dirá nada acerca de su localización.
Durante el interrogatorio ella da precisiones del tratamiento que le dedicó a la cabeza, a diferencia del resto del cuerpo; “Hice todo un entierro para ella. Y le recé un responso. Sólo se me ocurrió eso, aunque el policía de Cahors(*) me apartó de Dios y nunca he vuelto a encontrarlo” (5);

Jean Allouch;

“Esos pedazos de cuerpos son todas cartas (Lacan) están destinadas a algún lugar y a alguien, el lugar es Cahors y el alguien es el agente de Cahors que siguió siendo su único y persistente gran amor…” “…Esta investigación nos aporta un elemento importante, estos pedazos de cuerpo fueron una vía, un atajo alternativo, un sesgo, para que una carta llegue al agente de Cahors. Este proyecto no podía sino fracasar porque el agente está muerto, muerte que ella ignora…”

Luego de otras consideraciones acerca de la vinculación entre la pérdida de dios con este amante, Allouch se pregunta si estos envíos más que dar cuenta de un pasaje al acto sería más justo ubicarlo del lado del salto épico.
“…estamos llevados a reconocer en el envío de estas cartas y el trato especial a la cabeza, dos rasgos provenientes del salto épico y por otra parte, el crimen y la violencia sobre el cadáver estarían más relacionados con el pasaje al acto…” “…el envío de la carta y el tratamiento de la cabeza participan de un mismo gesto erótico y espiritual, es un último resorte; una carta dirigida a Dios, a este Dios que en su tiempo se hizo hombre diferente a ser este Dios al que Claire puede dirigirse en el momento que ella inventa su ritual de duelo. La carta recuerda el amor a Dios, la cabeza de este ritual, no sólo es la de Marie Therese sino también la suya…”

Jean Allouch señala la mención de Claire en un pasaje de la novela sobre su miedo a ser enterrada viva. Entrando en los detalles es interesante ver una especie de conjunción de salto épico y pasaje al acto.
Destaca que es importante el registro de la oralidad al cual pone fin el pasaje al acto, esto podríamos verlo venir si hubieran tomado en serio varios pasajes al acto anunciadores, haciendo referencia a determinadas rarezas en el comportamiento de Claihre. (Retomaremos este aspecto en algunas preguntas sobre Melogno.)
Acto sin pensamiento
La cuestión central del análisis de la novela de Marguerite Duras está en focalizar el lugar donde se encontraría la cabeza de María Theresa.
“hay una frase que aparece como un eco de la frase de Christine Pappin –mi crimen es lo suficientemente grande como para que yo diga lo que es – característica clara del pasaje al acto” y Clare Lane dirá –me costó demasiado hacer eso como para ser capaz de pensar en ello”(6) Y Ricardo Melogno refiere; “Ni siquiera tengo registro de seguir pensando en eso después de haber matado. En los mismos actos se ve que no existía nada”.(7)
Jean Allouch;
“…Tales ideas discriminan el pasaje al acto del salto épico del yihadista que piensa sus gestos. La ejecución del pasaje al acto se dispensa de todo pensamiento. El salto épico no se realiza sino siendo pensado y el pasaje al acto no se realiza más que en la ausencia de todo pensamiento que se piensa…” 

Entonces primeras consideraciones; los actos mal llamados terroristas habría que pensarlos con la lógica de funcionamiento del salto épico, actos marcados por una erótica espiritual que se muestran en sus rituales. Y algo de esta lógica aparecerá en el acto homicida de Clare Lane centrado precisamente en el tratamiento diferente que ella efectúa sobre la cabeza de la víctima.

Dos analíticas del sexo
Uno de los puntos anunciados en el seminario era la nueva consideración desde las Dos analíticas del sexo;
“Mostraremos que la distinción en Lacan de dos diferentes analíticas del sexo (la primera, del objeto, la segunda, de la relación) aporta claridad y diferenciación a las cuestiones antes mencionadas”    
Sin desarrollar las dos analíticas, solo las menciona, hablará de la doble articulación de pasaje al acto y salto épico en las dos analíticas del sexo, donde recomienda su lectura.
Entonces dos analíticas, registros o dispositivos del sexo, una vinculada al objeto a, y la otra en relación al partenaire que falta, al Otro inexistente.
“Las dos analíticas lacanianas pueden ser caracterizadas de la siguiente manera: Por una parte (segunda analítica de la relación), un Otro sexo, por otra parte (primera analítica la de a minúscula), un Otro de deseo; por una parte, una relación sexual, por otra parte, una ley sexual; por una parte, una normalidad faltante, por otra parte, una anormalidad; por una parte una erótica común, por otra parte, una diversidad sexual; por una parte un falo, ¡oh cuán presente!, por otra parte, su ausencia” (8)

Dos problemáticas distintas situadas en zonas diferentes del borromeo puesto en plano.





        Nudo 1                       
                                                   
 Nudo 2












O no pienso o no soy
Para poder analizar la diferencia y a su vez la conjunción entre pasaje al acto y salto épico, hay que localizarlo en una modificación del tetraedro del seminario El acto psicoanalítico, Jacques Lacan coloca en ese seminario al acto analítico como fin de la cura y el devenir como analista. Jean Allouch a través de una serie de movimientos y desplazamientos de lugares en el tetraedro, incorporará allí el salto épico.








Tetraedro (Seminario de Lacan)         I               


     






Tetraedro modificado 1


             
Tetraedro modificado 2

Teniendo en cuenta que Allouch en el seminario indicó que el fin de un análisis puede pensarse como un salto épico y, en las dos analíticas el fin de un análisis se ubica en la analítica de la relación;
“Sin que se haya planteado explícitamente en estos términos, el problema llamado del “fin de análisis” no cesó, por su parte, también, de estar habitado por la cuestión de su instanciación en una u otra de las dos analíticas. Se notará antes que nada que el matema de la transferencia, que Lacan escribió en la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sur le psychanalyste de L École”, no reserva ningún lugar al objeto a. Y con toda razón, dado que la transferencia proviene de la analítica de la relación. Pensado en tanto que separación de A y a, es en la analítica del objeto donde el problema del fin de análisis fue localizado a veces, en cambio concebido como dislocacón del vínculo del analizante y del analista (destitución subjetiva en el primero, de-ser en el segundo), o en tanto que pasaje del analizante al analista, proviene de la analítica de la relación. Encuentra ahí su lugar, pues el recorrido analítico se puede caracterizar como un volcamiento (versement) de la analítica de a en la analítica de la relación- registro donde se juega el acceso liberador (donador de libertad, según Lacan) a la inexistencia de la relación sexual.” (9)  

Es decir, entonces que podemos ubicar al salto épico en la playa del borromeo R-I, en el verdadero agujero (nudo II) de la triple inexistencia. J(A) que no hay, No hay Otro del Otro y no hay relación sexual.

Casi todo el análisis de la distinción entre pasaje al acto y salto épico estuvo realizado sobre la novela de Duras, lo que torna aquí dificultoso dar cuenta de esa articulación en detalle ya que es indispensable estar en conocimiento de cada detalle de la narrativa en que Allouch sostiene los detalles de la articulación teórica.

Magnetizado.

En septiembre de 1982 tuvo lugar en la ciudad autónoma de Buenos Aires una extraña, breve y a su manera sobria serie de asesinatos. A lo largo de unas semanas, en un radio de pocas cuadras del barrio de Mataderos, fueron hallados los cuerpos sin vida de cuatro taxistas. Todos los cadáveres aparecieron en horas de la madrugada, caídos sobre el asiento delantero de sus automóviles, cada uno de ellos con un orificio de ingreso de bala calibre 22 en la sien derecha. Los taxis, estacionados en esquinas oscuras, con las luces internas y el motor apagados, los faros delanteros encendidos. No había evidencia de robo, aunque siempre faltaba la documentación del vehículo y de la víctima. Salvo el último incidente, los relojes tarifadores estaban puestos en cero.
La policía fue incapaz de esclarecer los crímenes. Únicas certezas que pudieron aportar a los agentes del orden: todos los hechos eran obra de un mismo autor, y durante los crímenes el atacante no se había movido del asiento trasero de los autos.
El misterioso homicida resultó ser un joven de veinte años de edad, con un aspecto muy distinto al del identikit. Su nombre: Ricardo Luis Melogno. (10)

LA jerga.
Como ya lo mencionamos al principio de este trabajo, cuando Jean Allouch se refiere a la jerga psí, experta, profesional, etc. que es usada cuando no se puede dar cuenta de la lógica de ciertos sucesos y los profesionales sienten que deben responder, nos parece que es lo primero que se lee en este trabajo: los 34 años de diagnóstico a lo largo de seis páginas del libro (11)
Los diagnósticos no solo son contradictorios, ambiguos, pocos precisos o muy precisos sin decir realmente mucho, al punto de alcanzar un aspecto por demás curioso como por ejemplo que la avenida Gral. Paz, divide la mirada punitoria. Pero Melogno es más preciso al respecto;
“En Capital soy inimputable, no comprendo mis actos. En provincia comprendo y, en consecuencia, soy responsable de mis actos. Premio Nobel de psiquiatría para la justicia de la Provincia, que tiene el remedio para la locura: la avenida General Paz.” (12)

Pasaje al acto/salto épico
Si lo que diferencia centralmente al pasaje al acto del salto épico es que en el primero no se realiza más que en la ausencia de todo pensamiento que se piensa, si seguimos el desarrollo de Allouch, los actos se nos muestran con claridad en ese punto;
“…no tengo ningún dato interno de pensar Uy, que cagada que me mandé, o similar. Es más, eh…, Ni siquiera tengo registro de seguir pensando en eso después de haber matado. En los mismos actos se ve que no existía nada.” (13)

Sobre el impulso de matar dice;

“…es algo que VIENE, no lo controlás. Era algo que se decantaba solo, que iba pasando, no era algo que vos lo esperabas o lo pensabas o lo querías. Venía. Yo no tenía consciencia de control sobre ese acto…” (14)     

Existe claramente una irreductibilidad de la palabra en al acto. Característica distintiva del pasaje al acto, pero al mismo tiempo podemos leer en los relatos, situaciones previas y posteriores que indicarían aquellas características del salto épico en el sentido que no es realizado sino siendo pensado. Como señaló Jean Allouch, pasaje al acto y salto épico no se confunden nunca, pero están articulados.
¿Es posible leer aquí aspectos muy vinculados a los que aparecen en los relatos de Clare Lane en la Amante inglesa que llevan a Allouch a señalar ahí las características del salto épico?
Aquí también se efectúan una serie de rituales posteriores a los actos y también se evidencian una serie de comportamientos “¿extraños?” en los días previos a esa semana tan particular de los asesinatos.
También existieron siempre en la vida de Melogno rituales espirituales que él  consideraba normales por su habitualidad, a esa serie de prácticas que su madre realizaba a diario debido a cierta pertenencia al espiritismo, práctica religiosa que Ricardo adoptó en la juventud de su vida para “defenderse” del poder de su madre y que luego ya en las distintas cárceles psiquiátricas terminó por ejercer convencido de que allí hay algo, que allí sucede algo de verdad, que algo en todos esos rituales tienen su efecto.
Lacan en el seminario el Acto psicoanalítico retoma la cuestión abordada en el seminario anterior, La lógica del fantasma sobre la alienación, o la elección forzada. La alienación esa relación con el Otro en la obligación de elegir entre el sentido y el ser. Aquí resuena la afirmación de Allouch durante el seminario; “el ser de alguien se realiza en un crimen”. ¿Podemos pensar que existió en Melogno algo de ese orden?
¿Podremos pensar los actos de Melogno como una advertencia? ¿A quién? En su infancia existieron varios intentos de suicidio, Carlos Busqued pregunta al respecto, ¿Para quién era ese armado, esa escena? – No lo veo como un mensaje a los otros. Era más para mí (15) (se puede sugerir sobre este aspecto la lectura de Marguerite, Lacan la llamaba Aimeé, donde Allouch destaca claramente el movimiento que lacan hace de la noción de pasaje al acto esclarecido a “advertido”(16)
¿Existían en los comportamientos extraños, como sugiere Allouch en La amante inglesa, actos anunciadores de otros actos?
¿La vida de encierro operó como estabilizadora? Pero ¿de qué? También leemos que “…si no hubiera caído preso pienso…que por la forma de vivir que tenía, de no ver el mundo real, pienso que me habría terminado matando antes de los 25…” (17)
En los 35 años de encierro no se registran en la vida de Melogno, fenómenos psicóticos, ni desestabilizaciones emocionales, ni deterioro cognitivo; por el contrario, hace 10 años que no consume medicación. La entrevista final del texto a una de las psiquiatras que trató y que conoce muy bien el caso, es muy ilustradora al respecto.
Finalmente, los cuatro crímenes cometidos repetidos de manera sorprendente, ¿Son el mismo acto repetido cuatro veces hasta que ese impulso se fue? Sabemos que no hay más actualidad que la del acto, aun así, no deja de sorprender la singularidad de esos episodios.
Éstas son solo algunas de las tantas preguntas que nos podemos hacer releyendo una y otra vez este caso. Arriesgamos también que en este/os pasaje/s al acto hay una respuesta aún sin conocer la pregunta adecuada.
En cada detalle de la vida de Ricardo Melogno que fueron publicados se puede leer como cada uno   puede ser indicio de “algo”, pero que  se desvanece en la página siguiente. Es necesario también destacar el notable trabajo de entrevistador de Carlos Busqued que se abstiene de intervenir con su deseo. Le da la palabra. Lo hace hablar. Acompaña el relato. Lo organiza en la edición para que nosotros, los lectores, nos pongamos a trabajar, quizás como el lector de La amante inglesa. Hay un vacío ahí que pone a trabajar.

Como Clare Lane, Melogno “no” dice qué le sucedió para cometer de ese modo los crímenes. Él también quiere saber que pasó, busca aún hoy una respuesta.
“es que yo busco… yo también tengo que buscar una explicación que a mí me parezca satisfactoria y razonable. Entonces cuando yo digo se me tiene que haber ocurrido antes, lo digo porque no puede ser que se me haya ocurrido en cinco segundos. Pienso que tiene que haber habido ALGO antes que me fuera llevando a esto. Alguna advertencia, un signo. No quiero, eh, o sea, no puedo… encontrar… que estos un…, en todos estos años no pude encontrar cómo surge la idea, cómo surge la necesidad. No te podría decir cómo o cuándo se me ocurrió”. (17)


Néstor Ribotta. 
Colaboraron; Evangelina Ganzer. Jimena Vega.


Bibliografía

2) Margueritte Duras. (2011). La amante inglesa. Argentina: Tusquets.
3) Jean Allouch. (2004). La sombra de tu perro. Argentina: El cuenco de plata-Ediciones Literales. Pág. 42-43
4) Ibíd., Pág 102
5) Marguerite Duras. (2011). La amante inglesa. Argentina: Tusquets. Pág 156
6) Ibíd.,  Pág 141
7) Carlos Busqued. (2018). Magnetizado. Argentina: Anagrama. Pág. 85
8) Jean Allouch. Para acabar con una versión untaría de la erótica. Dos analíticas del sexo. Ed. Literales. 2018. Pág 29
9)  Ibíd., Pág. 21-22
10) Magnetizado. Carlos Busqued. Ed. Anagrama. 2018. Pág. 12
11) Ibíd., Pág 24-25
12)Ibíd., Pág. 120
13) Ibíd., Pág 85
14) Ibíd.
15) Ibíd., Pág 32
2) Jean Allouch. (2008). Margueritte o la Aimée de Lacan. Argentina: El cuenco de plata- Ediciones literales. Pág. 395-398
17) Magnetizado. Carlos Busqued. Ed. Anagrama. 2018. Pág52
18) Ibíd., Pág 71


 * (*) En un momento del seminario Damián Coirini, hizo una presentación de algunos aspectos en los desarrollos de Fethi Bensalma en su trabajo (aún no editado al español) “Un furioso deseo de sacrificio. El supermusulman.” Presentación que generó un debate intenso sobre la figura del supermusulmán, el cuál a nuestro criterio que merece desplegarse
** Sobre el desarrollo de las dos muertes sugerimos; “Jean Allouch. Contra la eternidad. Ogawa, Mallarmé, Lacan, Ed. El cuenco de plata. Ed Literales.
*** https://www.youtube.com/watch?time_continue=14&v=KJuSmoOA3ys Al oeste del Jordán. Documental de Amos Gitai. 2017

*Jean Allouch sostuvo en su exposición que el agente de Cahors no es un policía. Sucede que, en la versión en español, siempre se nombra como agente de policía.


















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